jueves, 19 de marzo de 2015

Como de desahogo.

Lucy/Ramona/Audrey:

-Carta a mi vida (Querida vida)-

Recuerdo que cuando llegué a Liverpool a mis 12 años, lo vi parado allí tocando guitarra para si mismo. Por alguna razón me llamó mucho la atención su mirada fija en el instrumento, y su mente sólo estaba en esa canción. Sus dedos se movían con tanta seguridad, y el sonido era lo más hermoso que había.
Recuerdo que me encontré otra vez con mi compañera de toda la vida. Nos abrazamos después de tantos años de lágrimas y sonrisas sin vernos.
Recuerdo las -más o menos- nueve mejores personas que había conocido. Estaban frente a mis ojos bailando, cantando, riendo y besándose. Cuatro niñitos tocaban canciones placenteras en un escenario que tenía tantos años de antigüedad.
Recuerdo cuando me hicieron crecer probando sustancias y bebidas, conociendo las fiestas y otras cosas, como asesinar a alguien y luego escapar. Y me hicieron sentir lo que era el amor, lo que se sentía ser libre, lo que se sentía ser salvaje, lo que se sentía estar bien.
El tiempo pasó y ese pasado me destruyó. Aquellas sustancias se apoderaban de mi, y ni si quiera podría controlarme.
Después del noveno año ya nunca más los volví a ver. Y cuando los encontré otra vez, fue como si tu volvieras a tomar el color que tenías antes. Era la misma armonía con mis colores en la piel. Me devolvieron el aire que necesitaba después de estar sola durante unos años.

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Al paso de un corto tiempo, a ellas se les había ocurrido un día cantar una canción gritándola. Cuando había un "Ah" como de desahogo, se ponían una en frente de la otra y se gritaban una a la otra. Ramona que estaba encima de la mesa de la sala de estar, se lanzó a los brazos de Pru y se abrazaron fuertemente, llenado de besos la cara de la otra. Y siguieron siendo amigas después de que se toparan con los labios de la otra.


Luego de eso llegaron al sofá y se recostaron estando abrazadas. Pru tomó una botella de Ron que estaba botada en el suelo, bebió un poco y se la dio a Ramona, que tenía su cabeza reposada en su pecho. Luego de que bebieran un poco, lloraron. Y la canción se repitió diez veces más.
Cuando Pru despertó, estaba sola. Se puso de pie y se observó en un espejo que había ahí cerca. Fue hacia el patio trasero de la casa y encontró a Ramona fumando un cigarrillo, recostada en el pasto y observando el cielo, que estaba muy estrellado.
-Las estrellas brillan más hoy.-Ofreciéndole un cigarrillo a Pru. 
-Oye, falta más vino.
-Vayamos a comprar, los chicos vienen hoy...-Y tocan la puerta-Ahora.
Fueron a abrir, y ahí estaban los cuatro, sonriendo.
-Pasen.-Dijo feliz Pru y besando a Evan en los labios mientras que entraban los demás a la casa.
-¿Qué les pasó? Es como si se hubiesen levantado recién y siguen estando borrachas.-Dijo Evan.
-Eso pasó.-Dijo Ramona mirando a Ross con el cigarrillo en la boca.
-Tenemos que ir a comprar vino.-Dijo Pru.
En eso Josh se acerca a Ramona sigilosamente apartándose de los demás. 
-Toma.-Dijo Josh mirándola a los ojos y dejando algo en sus manos. Entonces se abrazan y se van afuera. 

sábado, 17 de enero de 2015

Cigarrillos, alcohol, heroína y Chopin.

Fueron horas que se ocuparon para conducir. Tuvieron que oír en la radio sobre el homicidio de Robert y que aún no encontraban a Audrey. No eran melodías placenteras y trataban de ahogarlas escuchando a Mac DeMarco y con unos Viceroy. Lo querían mucho y ni se habían dado cuenta que tenían algo más en común.
No se dieron cuenta cuando ya habían llegado a su viejo hogar. París aún estaba con esa fragancia amorosa y conocida. Las hacía viajar, y eso era perfecto. Cuando llegaron a la vieja gran casa se dieron cuenta de cuánto habían crecido, porque ya no era tan grande.
Estacionaron en auto, se sacaron las pelucas y luego siguieron a James, quien les habría abierto las puertas de la casa. Les esperaba un gran festín en el comedor. Ambas se sentaron en sus asientos de pequeñas y se sirvieron de todo un poco.
-Qué viejo está James.-Susurró Ramona.
-Agradece que nos quiere y que nos preparó todo.-Dijo y tomó un poco de vino de su copa.
Luego de que entraran las maletas, James se fue.
En la casa sonaba Subterranean Homesick Blues de Dylan. Ambas bailaban por la felicidad de escapar.
La fiesta era linda, y ya estaba amaneciendo. Decidieron dormir un poco, estaban exhaustas.
Para cuando despertaron, ambas ordenaban sus cosas en sus futuras habitaciones. Él teléfono de Ramona sonó y vio que se trataba de Evan. 
-¿En dónde estás?-Preguntó él.
-¿Por qué?-Preguntó ella sospechando. En eso llegó Pru y se posó a su lado.
-Estamos preocupados por ti. Ross quiere verte.
-Ah, dile que se masturbe y ya.
-Tonta. Dinos en dónde estás y vamos de inmediato.
-¿Están con la policía o algo?
-No.-Dijo seguro.
-Voy a creerte. Estoy en París con Pru.
-¿Qué?
-¿Vienen o no?
-Sí, claro, ¿En dónde están?
Los Strypes se dirigían a la casa de Pru y Ramona en el jet privado de la banda. Habían llegado en pocas horas a París, entonces subieron al auto que les esperaba y se fueron directo a ver a las chicas.
Cuando llegaron les abrió una sonriente Ramona, y atrás estaba Pru, sentada en la escalera. Ross tomó a Ramona y la besó en los labios apenas la vio, y los demás fueron a saludar a Pru con un abrazo y un beso en la mejilla. Evan miró todo el tiempo a Pru con unos "ojos brillantes" y una sonrisa en la cara, pero se ponía serio cuando Pru lo miraba.
Había música, cigarrillos, alcohol y algo de heroína que había llevado Josh. Todos estaban drogados y borrachos, cuando Ramona y Ross desaparecieron. 
-¿Hace cuánto que llegaron?-Preguntó Evan a Pru.
-Ayer por la noche.
-Ah, bien.-Fue silencio.
-¿No quieres ir afuera?-Preguntó Pru.
-De acuerdo.
Ambos salieron de la casa y se fueron al patio trasero. Evan sacó una cajetilla de cigarrillos y le ofreció a Pru, quien aceptó. Luego ambos prendieron sus cigarros.
-¿Qué ha sido de ti?-Preguntó Pru.
-¿De mi? Nada especial, solo ha sido un mundo de drogas, sexo y rock and roll, literalmente.
-Suena bien...-Dijo sonriendo y volteando a mirarlo.
-No lo es.-Rió mirando a Pru.
-¿Por qué? 
-Las mujeres con quienes me he acostado, nunca reemplazaron a la que siempre ame.-Dijo mirando los ojos de Pru.
Ambos se quedaron en silencio, y luego ambos labios se toparon, "accidentalmente". Se fueron a la habitación de Pru, mientras que Pete y Josh salian de la casa. 
Los gemidos de ambas habitaciones se escuchaban hasta la sala de estar, que aún estaba cubierta de Chopin.