jueves, 26 de diciembre de 2013

Huye.

Luego de dos minutos, volvió a abrir los ojos, y pudo ver que estaba acostada en una cama que no era la de huéspedes, ni tampoco era la habitación de huéspedes, sino que estaba en una habitación completamente blanca. Pegó un salto, y se dio cuenta de que estaba conectada a un respirador artificial. Al instante, alguien le sujetó los brazos. Era Evan.
-Tranquila.-Dijo él, dejado los brazos libres de Ramona. Ella se quitó el respirador artificial rápidamente, para luego poder hablar.
-¿En dónde estoy?-Preguntó extrañada.
-En un hospital.
-¿Por qué?
-Te desmayaste, o algo así.
Entonces Ramona no preguntó más y no dudó en abrazar fuertemente a Evan. Éste correspondió al abrazo. Y Ramona comenzó a llorar.
-Lo único que quiero, es salir de esto.
-Lo sé. Sólo va en ti.-Alejándose un poco y mirándola a los ojos.
-¿En dónde están los chicos?
-Afuera.-Poniéndose de pie-¿Quieres verlos?-Ramona asintió.
Evan salió de aquel lugar y llamó a los chicos. Ellos entraron de inmediato a saludar a Ramona, mientras lo hacían, el doctor llegó.
-Ah, ya veo que despertó la paciente.-Dijo sonriente.
-¿Ya me puedo ir?-Preguntó Ramona sonriendo, igual que todos en la sala.
-Claro que no.-Dijo el doctor serio, mientras miraba el expediente médico de Ramona.
-¿Por qué no?-Preguntó Ross.
-Porque aún no llegamos a algo concreto de que le pase a Ramona.-Dejando el expediente en una mesa cercana.
-Mierda.-Maldijo Ramona.
-No te preocupes, en cuanto antes sepamos qué te sucedió, te podrás ir.-Aseguró el doctor.
-De acuerdo.-Dijo Ramona insatisfecha con la respuesta.
Cuando el doctor se fue dejando la puerta cerrada, Ramona se apresuró en hablar antes de que alguien cruzara esa puerta.
-Tienen que traerme ropa, ahora.-Dijo Ramona a los chicos desesperada.
-No, ahora no te puedes ir...-Dijo Robert, hasta que Ramona lo interrumpió.
-O al menos algo de LSD que tenía en mi sostén, pero por favor ayúdenme.-Dijo Ramona más desesperada aún y con lágrimas en los ojos.
-No, Ramona.-Dijo Evan.
-Peter...-Le tomó el brazo de Peter.
-Lo siento.-Dijo él, quitando las manos de Ramona de su brazo.
Todos se fueron, dejando sola a Ramona en llanto. Si ellos no la sacarían, tendría que hacerlo ella sola. Esperó hasta que el reloj marcara la media noche. Vigiló a que nadie fuera ni viniera por los pasillos, entonces abrió la ventana y salió de la habitación, y pudo ver que estaba en el segundo piso del hospital. La fachada de este le ayudó en su escape, permitiendo que ella se desplazase hasta llegar a un pilar y bajar hasta el primer piso, amortiguando su caída unos arbustos.
Cuando se puso de pie, vigiló que nadie pasara por ahí, y corrió hasta llegar a la reja. Trepó con dificultad, y pudo salir. Era libre.
Comenzó a correr lo más fuerte que podía. Por las calles, las carreteras, los parques. Tanto así, que si eso hubiese sido una parte de alguna película, la canción de fondo sería Runaway, de los Yeah Yeah Yeahs. Ella lloraba, sabía que lo que había hecho no estaba bien, ni pensaba que estaba enferma. De repente comenzó a tiritar. Necesitaba nuevamente alguna dosis, de cualquier cosa, de lo que sea.
Entonces llegó a Penny Lane, y de tanto correr y tiritar y llorar, se arrodilló; se rindió. Y comenzó a llorar, mientras apoyaba su hombro derecho en un muro y se cubría la cara con ambas manos.
-¿Estás bien?-Dijo una voz masculina interrumpiendo el lloriqueo de Ramona.
Ella secó sus lágrimas y volteó para mirar a aquella persona. Lo conocía, sabía de quién se trataba. Ramona se puso de pie, no sabía si correr o quedarse allí para conseguir algo de ayuda. Ella no dijo ni una palabra y se alejaba lentamente.
-No, espera...-Se acercó bruscamente a ella y Ramona se asustó soltando un pequeño sonido-Por favor, no huyas de nuevo.
Ramona comenzó a soltar su cuerpo, hasta llegar al punto de no tener miedo otra vez de aquel hombre.
-¿Estás bien?-Ramona vaciló un poco y luego negó con la cabeza.
-No, no estoy bien, ¿Cómo quieres que esté?-Contestó de mala manera.
-Lo siento.
-¿Puedes ayudarme?
-Claro, con una condición.
-¿Qué?
-¿Vuelve conmigo?
-¿Qué?-Extrañada-¡No!
-¡Por favor!-Le toma los hombros.
-¿Para que hagas lo mismo que la última vez?-Dijo tratando de quitar las manos del chico de sus hombros-¿Cuántas veces más, David?
-¡Ninguna!-Gritó con los ojos bien abiertos y mirando los ojos de Ramona-Todas las demás novias que tuve después que te tuve a ti...-No completó la frase y luego se tocó la frente-¡Nadie se te compara, Ramona!
-¿Y a cuantas no les dijiste eso?
-Sólo a ti.
-David, deja de mentir. Por lo único que me tenías, era por el dinero.-Y rió-¡Acéptalo, y ya!
David tomó a Ramona de la cara y la besó lo más fuerte que pudo. Era como si no la fuera a soltar jamás. Y Ramona, claro, se dejó llevar, se dejó convencer.
-Créeme.-Dijo David luego de separarse de Ramona.
-Te creo, idiota.-Dijo sonriendo y luego besó levemente a David en los labios.
David rodeó con su brazo izquierdo a Ramona y se dirigieron a casa de David.
-¿No tienes algunas prendas que me puedas dar?-Preguntó Ramona a David, mientras se sentaba en un sofá.
-Supongo.-Le toma los brazos a Ramona y la pone de pie-Sígueme.
Fueron a la habitación de David y ambos se sentaron en la cama. David comenzó a buscar en su velador alguna dosis, hasta que la encontró. Acostó a Ramona, tomó su brazo izquierdo le enredó una especie de cuerda y le inyectó heroína. Ramona gritó de dolor, luego de un momento a otro se calmó.
-Oh, cariño, te amo...-Dijo Ramona sonriendo.
Entonces, David tomó otra e hizo el mismo procedimiento. Se puso de pie, tomó un disco de The Velvet Underground, el favorito de ambos, y la habitación comenzó a vibrar.
David se acostó al lado de Ramona, y entonces pasó lo que tenía que pasar. Todo el disco, o sea, "toda la noche".
Al día siguiente, tomaron los bolsos y los discos. Y claro, todos los antiguos instrumentos de trabajo: las pistolas y navajas afiladas, se metieron de entre los bolsillos y pantalones de los dos.
Salieron de la casa y a cualquier supermercado, fueron a asaltar. No importaba cuanta gente hubiera, menos quienes eran. Lo que importaba era el dinero, y las tantas cosas que sólo les quedaban a ellos, y por supuesto, ellos.
Siempre cuando entraban a algún lugar juntos, tendrían que sacar las armas y las balas, no importaba a quién disparar.
Y siempre, la palabra favorita de Ramona en esos momentos era:
-¡Ahora!-Y entonces, ambos disparaban y de un segundo a otro escapaban, luego de encontrar las llaves de algún lujoso auto.
Pero esta vez no se quedaron en Liverpool, sino que huyeron. Escaparon a Blackpool, y un poco antes de acabarse el dinero y la droga, huyeron con más a Newport, luego a Cambridge, y por último a Londres.
Se quedaron allí un tiempo, en casa de viejas amistades. Habían pasado al rededor de tres semanas, y durante esas tres semanas, habían buscado insaciablemente a Ramona en Liverpool. Al igual que a David, claro. Sus caras aparecían por todas partes.

viernes, 1 de noviembre de 2013

La estupenda segunda noche.

Narración normal.

Ramona -o Lucy-, se fue a la habitación de huéspedes. Se alistó para dormir, y luego apagó las luces. Durmió plácidamente.
Con respecto a Robert, él no había dormido casi nada. Daba vueltas y vueltas su cabeza. Se levantaba, iba y venía por los pasillos para cansarse. Nada. Pensó en golpear la puerta a la habitación de huéspedes, pero no era necesario. Luego de unas cincuenta vueltas por toda su casa, se fue a dormir. Daban las cinco en ese entonces.
Como a las once de la mañana, Ramona despertó. Bajó las escaleras hasta la cocina. Trató de hacer algo rico de desayuno. Casi explotó la cocina de la casa, pero terminó por hacer unos rancios Hot Cakes.
De repente, sintió que Robert bajaba las escaleras. Ella se apresuró para dejar lista la mesa y luego comer. Dejó las demás cosas sucias en un lavaplatos, y en eso abrió Robert la puerta del comedor.
-¿Qué haces?-Preguntó Robert divertido.
-Desayuno.-Respondió Ramona.
-Eres una tonta.-Dijo y le sonrió.
-¡Siéntate, tarado, se va a enfriar!-Gritó Ramona.
Entonces Robert se sentó junto a Ramona y comenzaron a comer.
-¿Qué tal si vamos a ver a Pru?-Preguntó Robert.
-¿En serio?-Preguntó Ramona entusiasmada.
-Sí. También podríamos juntarnos con los demás, ¿No crees?
-Los demás, ¿Quiénes?-Preguntó mientras daba un sorbo a su taza de té.
-Pete, Stu, los chicos...
-¿The Strypes?-Entonces Robert asintió-De acuerdo.-Dijo e hizo un movimiento con sus hombros.
-¿Tienes el número de alguno?-Preguntó Robert.
-De todos.
-Llámalos.-Robert sacó de su bolsillo su teléfono y se lo pasó a Ramona.
Ella comenzó a marcarle a Ross, quien le contestó al instante.
-¿Hola?-Habló Ross.
Ramona tardó un poco en hablar, ya que se puso algo nerviosa, lo que le pareció muy extraño.
-¿Hay alguien allí?-Preguntó Ross. Entonces Ramona reaccionó.
-¿Ross? Soy yo, Ramona.
-Ramona, te necesito aquí y ahora...
-Yo también te necesito aquí y ahora.-Dijo Ramona interrumpiendo a Ross-Bueno, los necesito.
-¿Para qué?
-Necesito verlos.
-Nosotros también te necesitamos.
-¿Para qué?
-Tú sabes para qué.-Luego rió.
-¿Con quién hablas, amor?-Se escuchó una voz femenina a través del teléfono.
Luego de eso, la llamada se cortó. Ramona quedó desconcertada. Miró el teléfono y luego se lo pasó a Robert.
-¿Qué pasó?
-No sé.-Dijo a media voz.
Robert marcó nuevamente a Ross y él contestó de inmediato.
-¿Hola?-Dijo Ross.
-Ross, habla Robert.
-¡Hola, Robert!-Luego hubo un leve silencio-¿Robert?-Preguntó extrañado.
-Sí, estoy acá con Lucy...-Ramona lo interrumpió.
-¡No me digas Lucy, mierda!-Exclamó algo enfadada.
-Con Ramona.-Dijo Robert.
-¡Dame con él ahora!-Dijo Ramona algo histérica.
-De acuerdo.-Dijo Robert y le pasó el teléfono a Ramona.
-¿Quién demonios era ella?-Preguntó Ramona a voz en cuello.
-Tranquila, Ramona, sólo era la...-Ramona interrumpió a Ross.
-Te espero en la casa de Robert.
-¿Y en dónde demonios vive Robert?-Preguntó Ross.
Ramona le pasó la dirección de Robert y cortó la llamada. Esperarían a The Strypes, aunque llegaran a las tantas de la madrugada.
Robert notó a Ramona algo molesta, así que se sentó junto a ella y comenzó a hablar y a hablar.
-¿Qué te sucede?-Preguntó mientras rodeaba el cuello de Ramona con su brazo derecho. Ella volteó a verlo y no dijo ni una palabra-En serio, ¿Qué te pasa?-Dijo tomando la cara de Ramona con ambas manos, para voltear y mirarla a los ojos.
-Nada.-Dijo Ramona con voz queda.
Robert volvió a abrazarla, pero Ramona hizo un movimiento brusco con sus brazos y se zafó de Robert. Subió a la habitación de huéspedes y se encerró allí. Comenzó a tiritar; estaba inquieta y su cuerpo le pedía cualquier sustancia que encontrara. Tocaba sus bolsillos y nada. Buscó entre la ropa que había traído Robert, y ahí encontró heroína. Se preparó e inhaló, hasta que se tranquilizó. Aprovechó también de ponerse algo de ella en los dientes y luego la saboreó, hasta que dio un suspiro de satisfacción.
Pudo oír que golpeaban la puerta, pero ella jamás respondió. Miraba el techo, mientras su cuerpo tocaba el piso. Pudieron abrir la puerta, mientras que Ramona aún yacía en el suelo, con la vista desorientada. Alguien la tomó entre sus brazos, y golpeó varias veces la cara de Ramona. Ella sólo volteó la vista para ver de quién se trataba. Era Ross.
Pudo notar que entraba más y más gente a la habitación, pero a ella no le importó, en lo absoluto. Miraba a Ross con ojos llorosos. Apenas y podía abrir la boca para poder hablar; apenas y podía hacerlo.
-Necesito más.-Dijo Ramona en susurro.
-¿Más de qué?-Preguntó Ross, aún con ella en sus brazos.
Pero no obtuvo respuesta. Ramona cerró los ojos y lanzó un ligero suspiro.

viernes, 4 de octubre de 2013

Algo de recuerdos.

-¿Qué?-Preguntó Robert extrañado.
Me senté en su cama, y él se acercó a mi.
-¿Cómo? ¿Qué pasó?
-Soy Groupie.-Dije y lo miré a los ojos-¿Jamás me viste en alguna revista?
-¿Qué?-Preguntó él sorprendido.
-Fui la Groupie de The Strypes. Sí, me acostaba con Ross casi siempre.-Dije como si nada, luego aparté la mirada.
-¿En serio?-Preguntó sorprendido-Jamás te había visto...-No terminó la frase.
-Tenía el pelo azul, quizás...-Dije y lo miré otra vez.
-Con Ross, ¿Eh?-Sonó algo celoso.
-Sí.-Dije media seca.
-¿En dónde están ahora The Strypes?-Preguntó sentándose a mi lado.
-En una gira, supongo.
-¿Por qué no fuiste con ellos?
-Necesitaba dinero, no acostarme con Ross todos los días.
-¿Qué hiciste?
-Traté de conseguir dinero subiéndome al auto de algún desconocido. Luego él me lleva a su casa, tenemos juegos algo extraños, cerveza, cocaína...Luego de que no de más de borracho, le robo todo lo valioso que haya en su casa. Los hombres son muy fáciles, Robert.-Dije, y luego reí.
-¿Robabas?-Preguntó sorprendido.
-A veces. Algunas veces, eran ellos los que iban a mi casa, y me emborrachaban y me drogaban. Cuando estaba hecha bolsa, me hacían lo que querían. Ahí perdía yo.
-¿Trabajaste todo este tiempo teniendo sexo...?-Lo interrumpí.
-No.
-¿No?
-También me iba a los clubes para cantar un poco. Aunque la mayoría de las veces me drogaba demasiado o me emborrachaba demasiado, y no llegaba ni a la mitad de la canción y me dormía en los escenarios. Tuve varios problemas con eso.-Dije, y luego no obtuve otra palabra de Robert-Me dio sueño.
-Ve a dormir.-Dijo seco.

lunes, 30 de septiembre de 2013

El reencuentro y el perdón.

Todo volvía a la normalidad. Robert y Lucy comenzaron a acercarse nuevamente de a poco. Ella le grabó un CD con las canciones que más le gustaban a Robert. Se lo regaló para Navidad. Todos para aquella fecha se juntaron y se intercambiaron obsequios. Había sido una noche agradable.
Para Año Nuevo, se juntaron nuevamente, e intercambiaron abrazos y felicidades. Recorrieron Penny Lane, y gritaban "Feliz Año Nuevo" a todos los vientos, luego se fueron al Greenbank Park. Trataron de pasarse como pudieron, y luego se posaron cerca del lago.
-Vamos, Lucy, deberías probar esto.-Dijo Robert sacando una bolsa llena de una sustancia, que luego la envolvería en un papelillo blanco para encenderlo y fumarlo.
Luego de darle una probada, se lo pasa a Lucy. Pru miraba con preocupación mientras ella lo recibía, hasta que finalmente, Lucy lo introduce a su boca.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Narra Robert.

Era Enero del 2022, y hasta ahora no he sabido nada de Lucy. Debo decir que la extraño mucho, y he decidido ir a verla. El problema es que no tengo su número de teléfono, ni sé donde vive, así que busqué a Pru en las guías telefónicas, ahí la encontré. Llamé para tener un poco más de información sobre Lucy, pero nadie atendió. Decidí ir a buscarla en la cuidad.
Toqué varias veces la puerta de la casa de su madre, tardó varios minutos, hasta que una anciana abrió. Me hizo pasar, y me dijo en donde la podía encontrar y cosas por el estilo, así que subí a mi auto nuevamente y fui directo al lugar.
Llegué a un departamento. Subí varias escaleras, hasta que encontré mi destino. Se oía música en el interior, toqué la puerta lo más fuerte que pude. Dos minutos más tarde me abre una joven; Pru.
-¿Qué haces aquí?-Me preguntó ella algo molesta.
-¿No puedo venir a visitarte?-En eso sentí un fuerte olor a cigarrillos.
-¡Qué haces aquí!-Exclamó, en eso se asoma por detrás un chico muy alto. Me costó mucho reconocer a Stu, había pasado mucho tiempo.
-¿Qué sucede?-Me mira-¿Robert?
-Hola, Stu.
-Stuart.-Dijo él, algo molesto también.
-¿Por qué no respondes a mi pregunta, Robert?-Preguntó Pru.
-Lo siento, quería hablar contigo.-Dije finalmente.
Me tardé mucho en convencer, digamos, a ambos. Hasta que finalmente ellos dejaron que pasara a su departamento y me sentara, ellos también lo hicieron.
-¿Qué sucede?-Preguntó Stu.
-Lo que pasa es que, quisiera saber en donde vive Lucy.-Respondí.
-¿Para qué?, ¿Para que la sigas metiendo en el mundo de las drogas?-Preguntó Pru, molesta.
-¿Qué?-Pregunté confundido.
-Todo es tu culpa, Robert.-Dijo Stu.
-Miren, sé que todo es mi culpa. Sólo la quiero ver para disculparme por lo sucedido, o por lo menos...-Suspiré-Sólo quiero verla.
-Eres un verdadero bastardo, y un imbécil.-Dijo Pru mientras se ponía de pie y se iba de aquella sala. Seguramente se fue a su habitación. Cerró una puerta fuertemente, demostrando su furia.
-Robert, si quieres ayuda, esto te puede servir-Stu me entrega un pequeño pedazo de papel-Sólo no hagas una estupidez más, ¿Si?-Se pone de pie-Cierra la puerta cuando salgas.-Se va, seguramente para ver a Pru.
Conduje lo más rápido que pude para llegar antes de que se oscurezca al lugar que decía el trozo de papel, hasta que llegué a otro departamento, pero este estaba bastante feo. Subí varias escaleras más, hasta que llegué a mi destino. Golpeé la puerta. A los diez minutos alguien abre, una chica bien joven, la cual vestía con una camiseta corta, una chaqueta de cuero y unos pantalones rotos. Tenía el cabello alborotado, y su maquillaje estaba corrido.
-¿Tú eres el próximo?-Preguntó ella sonriendo.
-¿Vive aquí alguna Lucy? ¿Lucy Starkey?
Ella me miró varios minutos, dentro de ellos, ella pasó de tener una sonrisa en la cara, a tener una cara de tristeza o algo así.
-Aquí no vive ninguna Lucy Starkey.-Responde ella.
-¿Quién eres?-Pregunté por curiosidad.
-Ramona Starkey.-Dijo ella, mirándome con sus ojos llenos de furia y tristeza-¿Qué quieres?
-Sólo quiero encontrar a Lucy Starkey, ¿No eres la hermana?-Pregunté con la curiosidad anterior-Tienes el mismo apellido...-Me interrumpió.
-Deja de buscarla, Lucy Starkey está muerta.-Trata de cerrar la puerta de la misma manera en que cerró Pru la de su habitación, pero pude evitar que eso pasara.
-Espera, es que me dieron esta dirección, y...-Me interrumpe nuevamente.
-¡No estás contento!-Dijo, y luego de eso, comenzaron a llenarse sus ojos de lágrimas.
-¿De qué hablas? ¿La conoces?-Pregunté con curiosidad.
-¡Me arruinaste la vida, Robert!-Ella se da media vuelta agarrándose la cabeza, comenzó a caminar y se sentó en un sofá. En eso aproveché de entrar, y cerré la puerta.
-¿Lucy?-Pregunté. Ella me mira y comenzó a llorar fuertemente.
-Ya no soy Lucy, soy Ramona Starkey, ya te lo dije.-Me respondió entre sollozos. En eso me acerqué y ella se puso de pie.
-Lo siento, Lucy.-Intenté abrazarla, pero ella me evita.
-¿Lo sientes?-Preguntó ella, mientras las lágrimas caían y caían-¿Sabes que significa que no te acepten en ningún trabajo porque eres drogadicta y no terminaste tus estudios? ¿Sabes que significa acostarte con hombres que te tratan como basura, pero lo haces sólo para ganarte la vida de alguna forma? ¿Tienes idea de cuantas veces se aprovecharon de mi, Robert?-Ella empezó a llorar más y más fuerte mientras decía todo eso, lo cual me hirió mucho más a mi.
Me había dado cuenta de que le había hecho un mal en su vida. Jamás tuve que darle a probar la marihuana, se había hecho adicta, luego de eso pasó a probar otras sustancias. No pudo parar nunca más.
-¿Sabes que significa ya no ver a tu familia ni a tus amigos nunca más? ¡Sabes que significa eso!-Comienza a golpearme el pecho, en eso la abracé fuertemente.
Pasamos varios minutos así, ella lloraba y lloraba. No podía parar. De repente me doy cuenta de que mientras la abrazaba, unas cuantas gotas salían de mis ojos, llegaban a mis brazos. Estaba llorando yo también, me sentía muy mal. Jamás en mi vida había llorado. Nunca.
-Lo siento, Lucy, lo siento mucho. Perdóname.-Dije entre sollozos.
-Extraño a Prudence, a Pete, a Stu...a todos.-En eso me abraza fuertemente. Ni yo supe porqué.
-¿Hace cuanto de que no los ves?
-Hace más de seis años, creo.-Me contestó.
-Perdóname, Lucy.-La apreté aún más.
-No puedo hacerlo, Robert.-Respondió tristemente.
-Por favor.-Le supliqué. Luego le tomé la cara, y la miré a los ojos-Estoy muy arrepentido. Lo siento de verdad, Lucy. ¡Lo siento!-Luego se me soltaron dos lágrimas más. Ella las secó.
-Me cagaste la vida, Robert. Lo siento.-Ella me quitó las manos de su cara, provocando que nos alejáramos.
Ella se sentó nuevamente en el sofá, se cubrió la cara con ambas manos y apoyó los codos en sus rodillas. Me senté a su lado y le acaricié la espalda, luego llegué a su hombro. Ella hizo un movimiento con este, para que yo dejara de hacerlo. Y le obedecí.
Me puse de pie y agarré una caja que estaba tirada ahí cerca. Tomé unas cuantas prendas de su ropa más decente. Por alguna razón estaba fascinado con su ropa interior. Todo eso lo metí en la caja. Tomé lo justo y necesario para que se fuera conmigo. Me di media vuelta y vi que me estaba mirando extrañada.
-¿Qué haces?-Me preguntó.
-Te saco de este agujero.-Me acerqué a ella, la tomé de la mano y la puse de pie. Comenzamos a caminar hasta la salida.
-Espera-Nos detuvimos-¿Qué?
Le apreté aún más fuerte la mano-Si yo te metí en esto, yo te voy a sacar.-Ella no dijo palabra alguna.
Salimos de aquel asqueroso lugar. Me subí al auto y tiré la caja a los asientos de atrás, luego me bajé y abrí la puerta del copiloto y llamé a Lucy. Esta vino tímidamente a mi lado, y luego la ayudé a subir. Cerré la puerta, me subí al auto y nos fuimos directo a mi casa. Llegamos, y entramos.
-¿Qué hacemos acá?-Preguntó ella con curiosidad.
-Iremos a darnos una ducha.-Le respondí.
-¿Qué?-Preguntó extrañada.
-Iremos a darnos una ducha, nos sacaremos ese maquillaje que tienes e iremos de compras.
-¿Qué?-Preguntó aún más extrañada.
-¡Ve a ducharte!-Le ordené.
Le mostré el baño, y ella se duchó. Mientras lo hacía, busqué crema y algo de algodón para sacarle el maquillaje. Me costó mucho encontrar las cosas de todas mis ex, pero al fin y al cabo encontré lo que quería. Le dejé lista la ropa y la esperé en el primer piso.
Al final Lucy bajó con su cara limpia y sin maquillaje, su cara le había cambiado completamente.
-¿Nos vamos?-Pregunté.
-De acuerdo.-Me respondió.
Salimos de casa y nos subimos al auto. La mitad del camino había sido callado, decidí poner algo de música solo para que hubiera algo de ruido.
-Por ahí hay algunos discos para escuchar. Búscalos.-Le ordené.
Ella obedeció. De repente la miro, y ella estaba con un CD en la mano, mientras que con la otra se cubría la boca. Luego ella me miró, aún con su boca cubierta.
-¿Aún lo tienes?-Me mostró el CD que tenía ella, y era el que me había dado para la Navidad.
Entonces, luego de que yo asintiera, ella sonrió y lo puso. Primero era la canción Asleep de The Smiths. Mientras esta sonaba, ella miraba hacia la ventana, y yo conducía, a ratos la miraba. Como a mitad de canción, ella repentinamente la cambió. La miré, y ella se pasaba ambas manos por los ojos, varias veces, mientras miraba hacia la ventana. Ella jamás me miró.
Comenzó a sonar la canción To Ramona de Bob Dylan. Mientras sonaba, nos agarró el transito. La quedé mirando y ella me miró. No sabía lo que hacía, lentamente me acercaba a ella. No podía parar de hacerlo. Era como si ella fuera un imán. Ella no se movía, estaba completamente inmóvil. Llegué a un punto de querer estar tan cerca de ella, que la tomé de la cintura y la acerqué mucho más a mi. Y ahí seguía la canción, aún sonando. Mi corazón latía fuerte y rápido, a mil por hora. Tomé su mano izquierda y la puse en mi pecho, para que lo sintiera. Ella no paraba de mirarme a los ojos, se notaba que ella también estaba nerviosa. Estábamos tan cerca, que cada uno podía ver todas las imperfecciones del otro. Entonces, acerqué mi cara a la suya, la tomé, la miré un segundo más a los ojos y mis labios tocaron los suyos. Ella aún tenía su mano en mi pecho, ella la subió hasta mi cuello, y me siguió el juego. Ella estaba algo apresurada. Me detuve y la miré, ella lloraba.
-¿Qué sucede?-Le pregunté, mientras aún tenía mis manos en su cara, y las suyas estaban en mi cuello.
-No es nada-Ella miró para otro lado, se secó una lágrima y volvió a la misma posición en que estaba anteriormente-Es sólo que esa canción me da un poco de pena.-Luego rió. Traté de ponerme serio, y seguí con lo que quería terminar. Rocé mis labios nuevamente con los de ella, y luego, todo comenzó a subir de intensidad, al igual que la temperatura. Y no sabía porqué sucedía eso, pero me gustaba la sensación. Metí mi mano izquierda debajo de sus rodillas, y mi otra mano en su espalda. Nos dirigimos a los asientos de atrás del auto con dificultad, y la acosté, mientras me ponía encima de ella. La besaba apasionadamente. En eso, me aburrí de tener mis manos en su cintura, dejé la izquierda allí y la derecha la subí hasta que llegué a su pecho izquierdo. Lo toqué. Pero ella me golpeó la mano, me dejó de besar y se alejó de mi.
-¿Qué sucede?-Pregunté extrañado.
-Lo siento, no puedo.-Me respondió mientras se sentaba y miraba el piso.
-No, lo siento yo. No quise pasarme de la raya.-Después de eso ella no me respondió-Oye...-Le tomé el mentón para que ella me mirara. Lo logré-Lo siento.-Tampoco me respondió, sólo se dirigió al asiento del copiloto, dejándome ahí sentado.
Estaba algo agitado. Suspiré varias veces, y traté de ahogar mi deseo mirando hacia afuera. Me dí cuenta de que eramos los únicos estacionados en medio de la calle, así que fui a tomar el volante. Seguimos nuestro camino, hasta llegar al centro de la ciudad. Le compré varias prendas de ropa y zapatos nuevos, al igual que maquillaje, que ella lo eligió. Obviamente. Luego fuimos por algo de comer.
-¿Y...?-Me habló ella. Luego prosiguió-¿Cómo puedo pagarte todo esto?
-Sólo...-Ella me miró atenta-Perdóname-La miré a los ojos.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Narra Lucy/Ramona:

-Sólo...-Lo miré atenta-Perdóname-Me miró a los ojos.
Claramente no supe que decir. Me había hecho mucho daño. Desde pequeños. Después de reflexionar y reflexionar, al fin y al cabo le dije que si, que si lo perdonaba. Él me miró con una sonrisa de oreja a oreja.
A decir verdad, me sentía incómoda a su lado. Después de besarnos de esa forma...Fue algo extraño. Jamás lo esperé de él. Menos que me lo hiciera a mi.
No dijimos palabra alguna después de un largo rato. Decidí romper con él.
-¿Has sabido algo de Pru?-Él me miró, y paró de comer.
-Si-Luego volvió a comer.
-¿Cómo está ella?-Pregunté interesada y entusiasmada.
-Viviendo con Stu, en un departamento bastante acogedor-Dijo luego de asentir con la cabeza.
-La extraño mucho-Dije y luego tomé un poco de jugo. Él me miró.
-Si quieres, uno de estos días la vamos a visitar.
-¿De verdad?-Dije aún más entusiasmada que la vez anterior.
-Sí-Me miró y sonrió. Casi me lanzo a él para abrazarlo como muestra de agradecimiento, pero me limité a sólo sonreír y dar las gracias.
-¿Y los demás?
-Los demás, ¿Quiénes?
-Pete, Jude, Max...-No alcancé a nombrarlos a todos ya que él me interrumpió.
-Ah, si. No he sabido nada de Pete ni The Strypes. Jude y los demás seguimos con la banda. Aún que se nos está apagando esa "chispa" que teníamos antes.-Dijo algo apenado-Cyn y Linda ya no están en nuestras vidas.
-Lo siento.-Fue lo único que dije.
-No importa. Fue hace mucho.-Dijo fríamente.
Cuando terminamos de comer, me ayudó con las bolsas y nos fuimos directo a su auto. El cual era bastante lindo. El camino fue largo. Pusimos a The Beatles para pasar el aburrimiento. Cantábamos y bailábamos, él movía la cabeza y yo movía los brazos. Fue divertido. Llegamos a la casa de Robert. Fuimos al segundo piso, en donde estaban las habitaciones con sus respectivos baños.
-¿La habitación de huéspedes o mi habitación? ¿En dónde dormirás?-Me preguntó.
-¿Eres tonto o qué?
-¿Qué hice ahora?-Preguntó desconcertado.
-No te quitaré tu habitación.
-¿Eres tonta o qué?
-¿Yo?
-Tú. ¿Hay alguien más acá?-En eso yo lo miré levantando una ceja y entre cerrando los ojos. Él ríe y me da un ligero beso en la frente y se va a su habitación. Creo. Lo seguí. Vi que tenía una guitarra en sus brazos sentado a los pies de su cama. Hacía unos acordes. De repente se da cuenta de mi presencia-Siéntate a mi lado.-Obedecí.
Comenzó a tocar una canción ya conocida por ambos: Ramona de Beck. Él la cantaba, y me miraba a los ojos. No me los quitaba de encima. Comencé a sentir que era algo incómodo, así que desvié la mirada hacia otro lado. Me topé con un libro que estaba encima de un escritorio. Me acerqué lentamente y lo abrí, y vi varias fotos de nosotros cuando íbamos a la escuela. Ese álbum era fabuloso. Era uno que contenía los fabulosos años.
Robert paró de tocar, y se fue junto a mi. Habían varias fotos de la vez que nos fuimos a la playa juntos. Entre ellas, había una foto mía junto a Ross. Salíamos abrazados haciendo unas muecas graciosas. Reí al verla, al igual que Robert. La fotografía era hermosa.
-¿Ni si quiera te has comunicado con Ross?-Me preguntó él.
La verdad, la pregunta me había incomodado un poco. Sí, había sabido algo de él.
-No.-Dije y mi voz sonó algo extraña.
-¿Segura?-Preguntó él extrañado.
Puse mi mano derecha detrás de mi cuello y mi izquierda en la cintura y me volteé.
-No-Dije y lo miré a los ojos-Sí he sabido algo de él. Y de The Strypes también.
-¿En serio?-Dijo y sonrió-¡Dime! ¿Cómo están?-Sonó entusiasmado.
-No lo sé.-Dije y me aparté.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Rebeldía entre comillas.

Lucy se quedó quieta un momento, y comenzó a reflexionar.
-¿Y lo del negocio familiar?
-¿Aún sigues con esa maldita esperanza de que nuestros padres nos heredarán ese maldito puesto?-Lucy no dijo nada, sólo esperó a que Pru dijera algo nuevamente. Así fue-Ellos ya tienen otros hijos, hombres. Sabes como son de machistas en ese sentido. Nosotros ya no somos nada para ellos, ni si quiera nuestros hermanos mayores.-Dijo seria, y terminando la conversación, comenzó a alejarse.
Lucy con los ojos medios llorosos veía como se alejaba y sacaba un cigarrillo de su bolsillo y lo encendía. Luego comenzó a seguirla.
-Entonces...¿Nos vamos a tomar un café?
-Pru la observó un momento-Está bien.-Luego sonrió.
Subieron nuevamente a sus bicicletas y pedalearon lo más rápido que pudieron, hasta llegar al Fenwick Coffee Shop. Pidieron dos cafés, y unas cuantas galletas de vainilla.
-¿Qué más sabes sobre Jane?-Preguntó Lucy a Pru.
-Es hija del Director del colegio.
-¿Qué?-Preguntó sorprendida.
-¿No sabias?
-No.-Dijo aún más sorprendida.
-De hecho, cuando las castigaron a ambas porque se golpearon, a ella solo la transfirieron a otra escuela, un poco...barata, si se podría decir. Te hicieron creer que la habían suspendido, pero no. Fue sólo por una semana.
-¿Por qué no me lo dijiste?
-Porque no quería que te abalanzaras sobre ella y desfigurar el "hermoso" rostro que tiene.-En eso Lucy ríe-Oye, ya terminamos.
-Lo se.
-No tengo dinero.
-Yo tampoco.-Dijeron, mientras se miraban con una sonrisa en los labios.
-Tomemos nuestras cosas, y nos vamos, ¿Sí?-Propuso Pru.
-De acuerdo.-Dijo Lucy aún con una sonrisa.
Entonces se pusieron de pie, tomaron sus cosas y salieron rápidamente de aquel lugar, sin pagar la cuenta. Tomaron sus bicicletas y se fueron a comprar varios rollos de papel higiénico y unos cuantos huevos para luego largarse a la escuela. En el camino tiraron todos sus cuadernos en la calle, mientras veían cómo los arrollaban. Sólo lo hicieron para hacer algo de espacio para el papel higiénico y los huevos.
Cuando llegaron, no entraron ni nada, sólo se quedaron allí mirándola de frente. Luego se miraron mutuamente unos momentos y sacaron los huevos de sus mochilas junto con el papel higiénico. A la cuenta de tres, comenzaron a bombardear la escuela, y luego a arrojar el papel higiénico a esta. Por alguna razón, era divertido. Por alguna razón, no pensaron en las consecuencias que esto podría tener.
De repente, cuando estaban de lo mejor, a ambas las toman de los brazos y las llevan al interior de la escuela. Las chicas jamás entendieron lo que sucedía, hasta que se encontraron en la sala del director, junto con su hija; Jane.
-¡Se acabó!-Gritó el director, junto con golpear la mesa fuertemente-¡Se van suspendidas!
-¡Lo haremos cuando usted de verdad suspenda a su hija, señor!-Protestó Lucy. En eso Pru la mira con horror.
-¿Qué es lo que haces, prostituta?-Dijo con algo de miedo Pru.
-¡No me parece justo que nos suspendan a nosotras, pero a la hija del director no!-Dijo Lucy y se puso de pie, y golpeó la mesa. Se había descontrolado un poco.
-¡No hables de esa forma aquí, si no quieres irte de esta escuela para siempre!-Exclamó el director. Fue entonces cuando Lucy se sentó nuevamente y se calmó un poco.
En ese momento cuando Jane le susurró algo en el oído a su padre; el director. Él asintió. Ella sonrió.
-Tengo algunos trabajos para ustedes...-Alcanzó a decir el director, hasta que alguien entra a la sala interrumpiendo. Todos voltearon apresurados, para ver de quién se trataba. De quiénes, ya que eran Robert y Stu.
-¿Qué demonios hacen ustedes aquí?-Preguntó Pru mirando a ambos.
-Robert...-Dijo Jane suspirando.
-No las puede suspender. Y Lucy no puede irse de esta escuela.-Dijo Robert, y luego miró a Lucy. Ésta, sólo lo miró sorprendida, al igual que Pru. Al igual que Jane.
-Fue nuestra culpa, director. Lo sentimos.-Dijo Stu, mintiendo.
-¿Cómo?-Preguntó el director, algo confundido-Explíquenme todo, por favor.
-Verá...-Dijo Stu nervioso.
-Nosotros...nosotros hicimos una apuesta, y...-Dijo nervioso.
-Ya entiendo.-Dijo el director muy poco convencido, por lo cierto.
-¡Es mentira, padre!-Exclamó Jane-Robert no haría algo así.-Dijo y luego miró a Robert con unos ojos coquetos. Lo que incomodó un poco a éste.
-¿Es verdad lo que dijeron, chicos?-Preguntó el director.
-No.-Dijeron las chicas.
-Sí.-Dijeron los chicos.
-¿Qué?-Preguntó el director confundido.
-Sí.-Dijeron ambos chicos, tratando de poner la cara más convincente que tenían.
-Está bien.-Dijo el director y sonrió.
-¡Mienten, padre!-Gritó Jane.
-Lo que decimos es cierto, señor.-Dijo Stu.
-Padre, Lucy hoy no estaba en clases, ni Prudence no estaba en los recreos hoy.-Dijo tratando de convencer a su padre.
-¿Es eso cierto?-Preguntó el director.
-Si.-Respondieron ambas chicas, algo resignadas.
-No.-Se opusieron ambos chicos.
-¿Qué sucede?-Preguntó el director aún más confundido que la vez anterior.
-Nada.-Dijeron los cuatro chicos.
-¡Mienten, padre!-Protestó nuevamente Jane.
-Ok. Retírense ustedes cuatro.-Les dijo el director.
Los cuatro asintieron con la cabeza y se retiraron.
-¿Por qué diablos hicieron eso?-Preguntó Pru.
-Porque te iban a suspender, y yo no quería eso.-Dijo Stu con cara de "conquistador". Luego abrazó a Pru y la besó en los labios.
Mientras eso sucedía, Robert y Lucy los miraban, mientras tocaban el violín. Hubo algo de silencio, pero Robert lo quiso romper.
-¿Cómo has estado?-Preguntó mientras se rascaba la nuca.
-¿Te interesa saberlo?-Preguntó Lucy recordando que debía estar furiosa con él. Giró su cabeza para poder verlo a la cara.
-Yo creo que si.-Dijo Robert algo extrañado.
-Bien, estoy bien.-Dijo con una mezcla de ironía y odio.
-¿Me lo dices en serio?-Preguntó desorientado-Te ves algo tensa...
-¿Ya se te olvidó?-Dijo aún con el mismo todo.
-¿Qué?
-Olvídalo.-Dijo resignada y volteando la cabeza nuevamente hacia el horizonte.
-¿Olvidar qué?
-Dije olvídalo.-Y se cruzó de brazos para luego acomodarse su mochila e irse a hablar con Pru y Stu, quienes se habían dirigido al gimnasio-Ya me voy a la sala.
-¿Estás loca?-Preguntó Stu.
-Quédate con nosotros.-Dijo Pru animada.
-No, de seguro Robert llega. Tú sabes.-Le dijo a Pru.
-De acuerdo.-Contestó Pru.
-Adiós.-Dijo Lucy, hizo un gesto con su mano y se alejó de ellos.
Las horas pasaron. Aburridas eran las clases, y antipáticos eran sus compañeros de clase. Lo único que quería era salir a recreo a estar con los chicos. Había inventado hasta una extraña excusa para poder entrar para nada. Hasta que lo eterno se acabó. Sonó el timbre y todos salieron apresurados, para luego irse a sus casas.
Al salir, con lo primero que se encontró, fue a Ross apoyado en la puerta.
-Tanto tiempo.-Dijo Ross sonriente.
-Hola.-Dijo Lucy y le sonrió.
-¿Nos vamos?
-¿A dónde?-Preguntó ella tontamente.
-No lo sé.-Dijo Ross mientras comenzaron a caminar lentamente por los largos pasillos de la escuela-¿Te quieres ir de inmediato a tu casa, o qué?
-No sé, ¿Y tú?
-No.-Dijo y rió junto a Lucy-¿Vamos a mi casa?
-De acuerdo.-Dijo ella, sin pensarlo dos veces-Pero antes vayamos a mi casa, tengo millones de tus chaquetas.-Y rió levemente.
-No exageres, sólo son dos.-Dijo y rió.
-Eso es mucho.
Salieron de la escuela para poder hallar la bicicleta de Lucy. Cuando la encontraron se subieron a ella como pudieron. Ross conducía. Iban de una manera tan rara, que todos se le quedaban viendo raro.


Llegaron a casa de Lucy por las chaquetas, y luego se fueron a casa de Ross. Allí escucharon unos cuantos discos de The Beatles y Pink Floyd, mientras disfrutaban de unas galletas que le había dejado la mamá de Ross a este. Lo habían pasado de maravilla. Como a las siete, Lucy se fue a casa.
Y entonces el tiempo pasó volando.

lunes, 26 de agosto de 2013

Desde la infancia.

Luego de unos días comenzarían las clases nuevamente. Era un lunes a las siete de la mañana, sonó el despertador de Lucy. Lo apagó, se fue a duchar y luego a vestir. Se secaba el cabello, cuando de repente entra su madre a la habitación. Lucy apagó el secador.
-Te están esperando allá abajo.-Dijo su madre.
-¿Quién?
-Es una chica.-Lucy pensó que sería Pru. Entonces tomó su mochila y lo primero que se encontró fue a una sonriente Pru.
-¡Pru!-Gritó Lucy.
-¡Lucy!-Gritó Pru. Entonces se despidieron de la mamá de Lucy y salieron del interior de la casa. Ya cuando estaban lejos de ella, Pru habló-¿Qué te parece si nos vamos a otra parte?
-¿Qué?-Pregunta Lucy extrañada.
 -Vamos a otra parte ahora.
-¿Y la escuela?
-No tengo ganas de ir, ¿Tú si?
-No.
-¿Vamos al centro de Liverpool?
-¿Qué? ¿Ahora? ¿Y si nos encuentran?
-No nos encontrarán. Lo he hecho muchas veces con los chicos.
-¿En serio?
-¿Por qué no me crees?
-Vamos.-Entonces Pru sonrió, al igual que Lucy. Corrieron a la casa de Lucy nuevamente para sacar la bicicleta de Lucy. Entonces cuidadosamente y sin meter tanto ruido lograron sacarla. Lucy se subió y Pru se puso de pie detrás de ella. Y se fueron a la casa de Pru, para buscar la bicicleta de esta.
-Pedalea más rápido, Lucy.-Dijo Pru.
-Eso intento.-Dijo Lucy.
Cuando llegaron a la casa de Pru, trataron de sacar la bicicleta de la misma manera como la hicieron con la de Lucy. Lo lograron.
Celebrando el éxito, se fueron lo más rápido que pudieron.
-¿A dónde nos íbamos?-Preguntó Lucy, mientras ambas pedaleaban lo más rápido que podían.
-Parece que necesitamos un médico. Tenemos memoria a corto plazo.-Bromeó Pru.
-No seas tonta.-Dijo Lucy y golpeó suavemente el brazo de Pru, provocando que esta, pierda un poco el equilibrio. Por suerte pudo mantenerlo. Lucy rió al ver las caras que puso Pru, cuando esta pensaba que caería al piso-Hubieras visto tu cara.
-No te rías. Me dio un poco de miedo.
-¿A ti?
-No, a mi vecina.-Dijo con sarcasmo.
-Ah, lo sospechaba.
-Claro que no.-Dijo Pru, y luego rió-¿Recuerdas esto?
-¿Qué cosa?-Preguntó Lucy mirando hacia todos lados. Entonces ambas frenaron y Pru comenzó.
-Raindrops on roses, and whiskers on kittens, bright cooper kettles, and warm woolen mittens, brown papel packages tied up with strings, these are a few of my favorite things...-Entonces Lucy recordó toda su infancia junto a Pru.

----------------------------------------------

Era 19 de Febrero, 2004.

-He querido explorar la oficina de papá hace mucho tiempo.-Dijo la pequeña Pru, mientras caminaba con una muñeca en los brazos junto a la pequeña Lucy, quien tenía otra muñeca en los brazos.
-¿Él no está aquí ahora?
-No.-Luego ríe.
-¡Vamos!-Exclamó la entusiasmada Lucy.
-...Ok. Pero sólo por un rato.-Dijo Pru y luego se tomaron de la mano y cruzaron la gran sala de estar, el inmenso comedor, y las dos gigantes escaleras. Llegaron al tercer piso de la gigantesca casa. No se soltaban de las manos, ni soltaban a sus muñecas-Aquí es, creo.-Entonces se miraron y luego sonrieron. Pru soltó la mano de Lucy y giró el picaporte de la puerta con su pequeña mano derecha cuidadosamente. Se oyó un leve crujido. La puerta se había abierto completamente, y la luz de aquel interior, cegó a ambas niñas. Ambas alzaron sus brazos para cubrir sus ojos de aquella luz. Hasta que pudieron entrar.
Comenzaron a ver todo lo que había allí adentro, en los cajones, los libros...todo. De repente sintieron pasos acercándose. Entraron en pánico. Sabían que si las encontrarían allí, les darían un sermón, o peor aún, las castigarían. Se escondieron en una especie de armario pequeño. Cupieron ambas, por suerte.
Escucharon que habían entrado a la habitación.
-Tengo mucho miedo...-Dijo en susurro Pru.
-Yo también.-Dijo Lucy. Hablaron tan despacio, que a penas se escuchaban.
-Raindrops on roses, and whiskers on kittens, bright cooper kettles, and warm woolen mittens, brown papel packages tied up with strings, these are a few of my favorite things...
-¿No que nos tenían prohibido cantar en inglés?-Preguntó Lucy lo más bajo que pudo.
-Entrar aquí también está prohibido.-Susurró Pru.
-Cream colored ponies, and crisp apple strudels, door bellsand sleigh bells, and shnitzel with noodles, wild geese that fly with the moon on their wings , these are a few of my favorite things...-En eso los pasos, se escucharon cada vez más cerca. Pru y Lucy se tomaron las manos nuevamente, abrazaron a sus pequeñas muñecas y cerraron los ojos fuertemente. Abrieron el pequeño armario.
-¡Qué demonios hacen ustedes dos aquí?-Preguntó el padre de Pru furioso.


--------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Fue nuestro primer castigo.-Recordó Lucy.
-Sí.-Dijo Pru, y comenzó a alejarse con su bicicleta. Lucy la siguió-¿Vamos a arrojar huevos a la casa de Jane?
-Sí, claro. ¿Tienes dinero?-Ambas se detuvieron para revisar sus mochilas y bolsillos-Me alcanza como para tres.-Dijo contando su dinero.
-Y a mi.-Dijo Pru. Luego guardaron ambas el dinero y se fueron al almacén más cercano. Compraron seis huevos, y también les alcanzó para unos dulces.
Siguieron con su camino.
-¿Sabes en dónde vive?
-Por supuesto. Eramos compañeras de curso.
-¿Cómo?
-Sí, eramos compañeras de curso. Repitió de curso.-Luego rió-Cuántos trabajos no tuve que hacer con ella...
-Mis condolencias.-Entonces Pru y Lucy ríen levemente.
-Aquí das vuelta a la derecha y listo.-Eso hicieron.
Cuando llegaron a la casa de Jane, sacaron los huevos al instante, se prepararon, y los lanzaron. Cuando se acabaron los huevos, tomaron sus bicicletas rápidamente, y se fueron. Mientras escapaban, cantaban la canción My Best Friend de Jefferson Airplane.
Llegaron hasta el St. John's Gardens. Se quedaron allí, hasta que dieron las once de la mañana. Luego fueron a recorrer Liverpool. Pasaron por varias tiendas de ropa, y cosas así.
-Cuando seamos mayores...-Dijo Pru-¿Viviremos juntas?

lunes, 19 de agosto de 2013

Todo lo que significa nada.

-¿Quieres terminar como él?-Preguntó el oficial. Lucy comenzó a respirar fuertemente por el miedo que sentía en ese instante.
-No.-Dijo ella aún respirando fuertemente.
-¿Cómo es que te llamas, jovencita?-Preguntó el oficial.
-Soy...Lucy Starkey.-Dijo ella aún respirando fuertemente, pero ahora un poco más tranquila.
-¿Lucy Starkey? ¿De los Starkey de Francia?-Preguntó él algo extrañado.
-¿Cómo lo sabe?-Preguntó ella, un poco más tranquila, ahora extrañada.
-Suerte con eso, jovencita.-Dijo y luego se fue junto con los otros oficiales.
Mientras que los otros veían como estaba Robert, Lucy miraba como se alejaban los oficiales. Hasta que ellos desaparecieron. Lucy se volteó para ver como estaba Robert, y a este le sangraba y le sangraba la nariz.
-Deberíamos llevarlo a un hospital.-Dijo Evan.
-No creo que sea para tanto. Curemos a Robert nosotros mismos, se ve que no se quebró su nariz ni nada.-Dijo Pete.
-Vamos a casa.-Dijo Stu.
Entonces apagaron la fogata, se vistieron y se fueron a casa. Condujeron lo más rápido que pudieron.
Cuando llegaron a casa, de inmediato sacaron la caja de primeros auxilios. Pru curó a Robert, el cual se quejaba demasiado.
-¡Me duele! ¿Y si me quebré la nariz?-Preguntó él.
-No seas tonto. No te pasó nada.-Dijo Pru, y luego de echar un poco de agua en un tozo de algodón, siguió-Se notaría de inmediato.-Y terminó de limpiarle la nariz a Robert. Luego comenzó a guardar todo lo que había sacado de la caja, y Robert toqueteándose la nariz le habló.
-Oye.
-¿Qué?-Dijo ella y lo miró.
-Gracias.-Dijo Robert luego de vacilar un momento.
-No es nada.-Dijo Pru y le sonrió. Luego fue a guardar la caja, dejando a Robert solo.
Luego de unos minutos de estar sentado en el sofá se fue al patio a fumar. Se apoyó en la camioneta y comenzó a mirar las estrellas. Estaba tan concentrado en ellas que, ni si quiera se da cuenta de que alguien se posa a su lado del mismo modo en que estaba él. De repente la persona que estaba a su lado, trata de tomar su mano izquierda. En eso él reacciona y gira su cabeza algo asustado. Era Lucy.
-¿Te asusté?-Preguntó ella.
-No, es que...estaba en otra.-Dijo él algo nervioso.
-¿Te duele la nariz?
-Sí.-Dijo él y alzó la mano para tocársela, pero Lucy se lo impide.
-No.-Dijo ella tomando el brazo de Robert.
-¿Entremos al auto? Hace un poco de frío acá.-Dijo él y luego se fregó ambos brazos al mismo tiempo.
-Lucy Ríe-Está bien.
Entonces Robert abrió la camioneta y ambos entraron. Cuando se sentaron y cerraron la puerta, ambos no supieron de que hablar. Hubo un silencio extremadamente incómodo, así que Robert lo rompió.
-Y...¿Cuál es tu sueño frustrado?-Y luego miró a Lucy sonriéndo.
-No tengo sueños frustrados. Creo.-Dijo sin mirar a Robert. Ella sólo miraba al frente.-¿Y tú?
-Tampoco.-Dijo él, y luego volvió ese asqueroso silencio. Luego de unos dos minutos así, Lucy habló.
-Robert.
-¿Qué pasa?
-Debo decirte algo.-Dijo aún mirando al frente, al igual que Robert.
-¿Qué cosa?-Robert mira fijamente a Lucy, quien aún miraba el horizonte.
-Espera, esto es difícil, ¿Sabes?-Dijo ella y luego se cubrió la cara y la fregó varias veces antes de continuar.
-Pero tranquila. ¿Te llegó tu periodo?-Preguntó él, algo sorprendido.
-¡No!-Exclamó y volteó a verlo, y luego rió-Es sólo que...-Lo miró a los ojos fijamente y luego continuó-Robert, me gustas.-Dijo ella tratando de contener sus manos que tiritaban de nerviosismo, al igual que su risa. La típica que le salía cuando se ponía nerviosa.
-¿Yo?-Lucy asintió.
-Si, Robert.-Y luego paró su risa, pero sus manos seguían-Estoy nerviosa, ¿Sabes?
-Pero, tranquila.-Él sonríe y le toma las manos-¿De verdad son así cuando te pones nerviosa?-Y luego rió.
-Sí.-Asintió ella-¿Y?
-Yo no puedo decir lo mismo.-Dijo él algo frío.
-¿Es la diferencia de edad?, ¿Es Cynthia?, ¿Soy demasiado baja?, ¿Qué?-Preguntó algo desesperada-¡Dime!
-No es la diferencia de edad, estoy con Cynthia. Sí, eres bajita, pero eso no tiene nada que ver. No podemos.
Entonces de repente a Lucy se le llenaron los ojos de lágrimas, y se le derramaron unas cuantas. Robert las secó, y luego le tomó la cara a Lucy. Ella, algo molesta por alguna razón, trató de sacar las manos de Robert de su cara. Hasta que lo logró.
-¿Qué hay de los besos?-Dijo ella aún llorando-De los que me diste hoy, de como actuabas cuando estabas conmigo a solas y hasta en público. Dime, ¿Qué hay con eso, Robert?-Dijo lo último casi gritando.
-Primero que todo, cálmate.-Dijo Robert tomándola de los hombros. Provocando que Lucy llorara más fuerte-Lucy, lo siento.-Luego miró por un momento a Lucy detenidamente y siguió-Lo siento mucho.
-¡No lo sientes!-Se altera Lucy.
-¡Si lo siento, Lucy!-Gritó Robert.
-¡No, no lo sientes!-Y Lucy negó con la cabeza, aún gritando-¡Jamás debí dejar que me besaras!-Dijo y lo miró a los ojos, algo calmada-Eres un tonto, Sheridan.-En eso abrió la puerta de la camioneta y salió. Comenzó a caminar en dirección a la casa. Robert sale de la camioneta y le grita a Lucy.
-Estás acostumbrada a que te den todo lo que quieres. Apuesto todo a que tus padres te lo daban todo, porque eras la más pequeña, ¿No es así?
-Lucy voltea-No sabes nada sobre mi, idiota.
-Claro que sé sobre ti. Eres la típica niña ingenua que se enamora perdidamente y se siente en una nube cuando eso pasa.-Dijo burlón.
-¡No es cierto!-Dijo Lucy llorando.
-Robert se acerca a ella y la mira directamente a los ojos-Estás tan asustada, nena. Tienes tanto miedo de perder todo lo que significa nada.-Y Robert le lanza una mirada a Lucy, la cual la dejó helada. Y Robert se fue al interior de la casa, dejando a Lucy allí, sola.
Pasaron los minutos y ella no paraba de llorar. No paraba de pensar en lo sucedido. En eso aparece Pru por detrás de ella y le pregunta qué sucedía.
-Es Robert.-Dijo Lucy y luego se cubrió la cara nuevamente con ambas manos.
-¿Qué te hizo ese bastardo?-Dijo ella y miró para todas direcciones.
Lucy luego de vacilar, secar sus lágrimas y calmarse un poco, le contó todo lo sucedido minutos antes.
-Le voy a romper los huevos.-Dijo Pru segura de lo que decía.
-¡No!-Dijo Lucy y secó otra lágrima que caía sobre sus mejillas.
-¡Es un bastardo, Lucy!-Dijo y luego suspiró-¡Mira como te dejó!-Y señaló a Lucy con ambas manos.
En eso Lucy llora aún más fuerte. Pru la abraza, y así se quedan por un minuto. Luego entraron a casa y se fueron de inmediato a la habitación de ambas. Pru le llevó un vaso de agua a Lucy y luego trató de distraerla con algo de música y hablando de otras cosas. Hasta que se durmieron.
Pasaban los días y Robert ni Lucy se miraban. Al contrario, trataban de evitarse. Hasta que llegó la hora de irse a casa. Todos ordenaron sus maletas, desarmaron las camas y limpiaron la casa. Todos llevaron sus maletas a la camioneta, pero la única que faltaba era Lucy. Según ella, su maleta estaba muy pesada y no la podía ni levantar. Entonces llegó él.
-¿La llevo?-Preguntó Robert.
-No.-Dijo ella de mala gana y trató de levantar la maleta. No tuvo éxito.
-Déjala allí.-Dijo Robert "amablemente".
-Ya qué.-Dijo Lucy y se fue, dejando sus maletas en manos de Robert.
Entonces Robert se las llevó a la camioneta y Lucy subió. Se sentó al lado de Pru y Evan. Se fueron.
Obviamente no faltó la música. Sonaba David Bowie con Space Oddity, entonces Pete y Lucy se miraron y sonrieron. Subieron al techo de la camioneta y se acostaron boca abajo, mientras disfrutaban de la música. Por alguna razón, la canción combinaba con el ambiente.
El viaje fue un poco más corto que el anterior. No tardaron mucho en llegar a la ciudad. Todo lo encontraron distinto, el aire, la vista...todo.
Cuando Lucy entró a casa, lo primero que vio, fue a su madre encima de ella.
-¿Estás bien, hija?, ¿Te pasó algo?-Dijo examinando a Lucy, la cual lo único que quería, era irse a su habitación.
-No, mamá. Estoy bien.-Dijo y sonrió.
Después de recibir los "cariños" de su madre, subió a su habitación con sus maletas. Vio su cama, y fue como amor a primera vista. Lo primero que hizo, fue abalanzarse sobre ella y abrazar una almohada. Todo se volvió oscuro.

miércoles, 14 de agosto de 2013

La estupenda primera noche.

Mientras, fueron a ver qué tal era la casa y la encontraron fabulosa. Había hasta una piscina...en una casa en la playa.
-¡Mira esa piscina!-Exclamó Lucy acercándose con Pru.
-¡Mira eso!-Y apunto un punto cualquiera en la piscina.
-¿Qué cosa?-Preguntó Lucy extrañada acercando su cabeza a la piscina.
-¡Eso!-Pru empuja a Lucy, y esta tropieza y cae al agua.
Mientras Pru reía, Lucy salió del agua tosiendo un poco.
-Eres una Groupie.-Le toma el pie a Pru y lo jala, hasta que Pru cae también a la piscina.
-Prostituta.-Dijo Pru saliendo del agua-Oye...
-¿Qué?-Dijo Lucy tratando de flotar, lo cual no podía hacer por el peso de su ropa-Oye, aquí no se puede flotar.
-Es por el peso de tu ropa, tonta.-Luego de hacer una pausa habló-No deberíamos estar tratando de flotar.
-¿Por qué no?
-Porque debemos esperar a los chicos y de ahí ver que trajeron para comer y cocinar...-Lucy interrumpe.
-¿Tú crees que ellos traerán algo que se tiene que preparar?
-No.
-Entonces relájate.-Y Lucy comenzó a nadar, pero Pru no lo hizo, sino que salió de la piscina con los bolsillos de su pantalón llenos de agua-Ya sal de ahí.-Y entró a la casa sin importarle de que estuviera empapada hasta los huesos.
-Ya voy.-Nadó hasta el otro extremo de la piscina y salió.
Mientras se secaban y cambiaban de ropa, los chicos llegaron. Como no las encontraron por ninguna parte, las comenzaron a buscar. Las chicas estaban en una habitación del segundo piso.
-¡Chicas!-Gritó Jude.
-¡Pru!-Gritó Stu.
-¡Lucy!-Gritó Ross.
-Acá estamos, tarados.-Dijo Pru saliendo de la habitación junto con Lucy.
-Ya compramos las cosas.-Dijo Robert.
-¿Qué trajeron?-Preguntó Lucy bajando las escaleras con Pru.
-¿Qué creen? ¡Pizza!-Dijo Pete mostrando la pizza a Lucy y a Pru.
-Te lo dije.-Le dijo Lucy a Pru.
-Ya qué...Ya no quería cocinar.-Dijo Pru encogiéndose de hombros.
Entonces pusieron los cubiertos, los vasos, los platos y la pizza en la mesa. Se sentaron, y a los cinco minutos, ya no había rastro de pizza.
-Oye, ya estoy lleno.-Dijo Evan tirando su cuerpo hacia atrás, apoyando la espalda en la silla.
-Y yo.-Dijo Pete haciendo el mismo acto que Evan, pero tirando una servilleta hecha bola a su plato.
-¿Por qué no vamos a la playa?-Propuso Lucy.
-Nadie dijo que no.-Respondió Robert.
-Yo no te pregunté a ti.-Respondió Lucy.
-Claro que si. Dijiste: ¿Por qué no vamos a la playa? Les preguntaste a todos.-Dijo Robert cruzándose de brazos con una sonrisa burlona en los labios.
-Si, les pregunté a todos, menos a ti.
-Por algo respondí, Lucy.-Dijo Robert.
-Te voy a matar.-Dijo Lucy.
-Entonces, hazlo.-Dijo y abrió los brazos.
Lucy se puso de pie y corrió al lugar en donde estaba Robert, este se pone de pie y corrió al segundo piso. Lucy lo sigue. Robert, mientras ella lo seguía, se escondió detrás de una puerta. Cuando Lucy pasó por ahí, Robert la toma del brazo y la mete a la habitación cerrando la puerta y apoyándose en ella.
-¡Bu!-Dijo él.
-¿Qué quieres?
-Nada.-Le toma el otro brazo y la acerca a él.
-Ya deja eso, ¿Quieres?-Dijo ella tratando de zafarse de él.
-No, no quiero.-La acerca un poco más a ella y la abraza fuertemente.
-Ya, déjame.-Dijo ella empujándolo, pero sin tener éxito.
-¿No puedo abrazarte?
-No, no puedes.-Dijo tratando aún de zafarse.
Cuando hacía eso, Robert le tomó la cara a Lucy rápidamente y la besó en los labios. Entonces Lucy abrió los ojos como plato y se lo quitó de encima.
-Oye, ¡Estás con Cyn!
-¿Y eso qué? No nos hablamos desde hace mucho, y ya no creo que me guste.
-¿En serio?-Robert asiente.
-Oh...-Robert se acerca a ella, toma la cara de Lucy pero esta baja la cabeza, provocando que Robert no pudiera ver su cara-No se puede.
-Si se puede.-Dijo Robert tratando de encontrar los labios de Lucy.
-No se puede. ¡No, no!-Dijo ella quitando las manos de Robert de su cara.
-¡Dije que si!-Le toma la cara nuevamente y la besa nuevamente en los labios. Pero esta vez, Lucy torpemente se dejó llevar.
Mientras se besaban, alguien abre la puerta repentinamente. Era Ross.
-Lo siento.-Dijo él con la mirada algo triste. Lucy y Robert se separan al instante.
-No, no importa, viejo.-Dijo Robert.
-Lo siento, Ro...-Ross interrumpe a Lucy.
-No importa, Lucy.-Y luego Ross cierra la puerta.
-No puede ser.-Dijo Lucy agarrándose la cabeza.
-¿Qué cosa?-Preguntó Robert. Lucy lo mira fijamente y luego mueve la cabeza negativamente.
-Nada.-Dijo ella caminando hacia la puerta.
-Espera...-Dijo Robert agarrándole la mano a Lucy.
-¿Qué?-Dijo ella dirigiéndole la mirada a Robert y tratando de quitar su mano de la suya.
-¿Te gusta Ross?-Dijo tomando la mano de Lucy más fuerte.
-No te importa.
-Si me importa.
-¡Dije que no te importa!-Hace un movimiento brusco con su brazo provocando que Robert le soltara la mano. Lucy salió de esa habitación y fue a buscar a Ross.
Lo buscó por todas las habitaciones, les preguntó a todos si lo había visto. Pero nada. Salió al patio y vio en el patio de la casa de al lado una mujer ya mayor.
-Hola. ¿Ha visto a un chico alto, con pelo largo y oscuro?
-Ah, si. Se fue camino a la playa, creo. Porque iba en esa dirección.-Y levantó su brazo derecho y señaló un camino.
-Ok, gracias, señora.-Y comenzó a correr.
-¡Señorita!-Le gritó la mujer.
-¡Lo que sea!-Gritó Lucy desde lejos.
Corrió hasta la playa. Lo buscó y lo buscó, y ahí estaba, sentado en la arena, mirando el mar.
Lucy trató de no meter ruido. Caminaba rápidamente, pero de repente se le enredaron los pies estúpidamente y cae al suelo. Quedando llena de arena. Ross se volteó y la vio allí tirada en el suelo.
-Lucy...-Dijo él. Se levantó y la ayudó a ponerse de pie.
-La arena tiene sabor a vainilla.-Dijo ella pasándose la lengua por sus labios, los cuales estaban llenos de arena.
-No hagas eso.-Dijo Ross. Entonces Lucy lo queda mirando fijamente y luego bajó la mirada-¿Qué pasa?
-Lo siento.-Dijo Lucy después de un momento.
-¿Te gusta Robert?-Entonces Lucy vaciló un poco y al fin dijo algo.
-Supongo que...un poco.-Dijo algo insegura, aún con la mirada clavada en el piso.
-Esta bien. Son tus sentimientos, no los míos.-Dijo él con una leve sonrisa en los labios.
-Entonces...¿Amigos?-Dijo ella levantando la mirada al fin y sonriendo inmensamente. Ross asintió.
Ross se acercó a Lucy y la abrazó. Luego de unos segundos, Ross la suelta.
-Deberíamos irnos a casa.-Dijo él. Lucy coincidió y se fueron a casa.
Cuando llegaron a ella, todos estaban en un círculo en la sala de estar escuchando música.Todos se estaban mirando directo a los ojos, algunos con los ojos llorosos y otros llorando.
-¿Qué les pasó?-Preguntó Ross. En eso, Pete cerró los ojos fuertemente y se los fregó.
-¡Te dije que iba a ganar!-Le gritó Robert llorando.
-Estamos jugando a las "Quemadas de ojos" o algo así.-Dijo Stu.
-Ya veo.-Dijo Ross.
-Yo quiero jugar.-Dijo Lucy.
-Entonces, ven.-Dijo Robert corriéndose un poco hacia el lado derecho y dejando un espacio entre Pru y él para Lucy.
Lucy se sentó y Ross se sentó al lado de Evan y Jude.
-Bueno, Lucy. ¿A quién quieres desafiar?-Preguntó Pru.
-No lo sé.-Pensó un momento y luego siguió-A Jude.
-¡Oye!-Gritó Jude y luego siguió-Bueno, ya.-Dijo y miró fijamente a Lucy, al igual que ella a Jude.
-Yo elijo a Ross.-Dijo Robert con una mirada desafiante.
-Dale, hermano.-Dijo Ross, y miró fijamente a Robert.
Entonces quedaron: Lucy y Jude, Robert y Ross, Pru y Evan, Stu y Pete. El primero en perder fue Stu.
-Ay, no.-Dijo él.
-En tu cara.-Dijo Pete.
-Ja, ja.-"Rió" Stu.
-¡Me duele!-Gritó Lucy casi llorando.
-¡Si, voy a ganar!-Gritó Jude con una sonrisa y con los ojos llorosos.
-¡No! ¡No! ¡No! ¡No!-Gritó Lucy llorando. De repente ella cierra los ojos-¡Me duele!-Y los friega.
-¡Si!-Gritó Jude con los ojos fuertemente cerrados-Me debes una cerveza.
-¿Yo?-Dijo Lucy.
-Tu perdiste.-Dijo Jude.
-No te daré tu cerveza, idiota.-Dijo Lucy abriendo los ojos.
Entonces siguieron jugando. Hasta que dieron las cinco de la tarde. Fueron a desempacar y a hacer las camas y a sacar el polvo de las habitaciones. Pru y Lucy estarían en una habitación, Robert y Jude en otra, Stu y Pete en la penúltima, y Ross y Evan en la última. Terminaron de hacer todo en una hora. Luego de que terminaran Pru y Stu se fueron al patio a fumar cigarrillos.
-Ya, basta.-Dijo Pru, mientras estaba abrazada con Stu.
-¿Te digo algo?-Dijo él.
-¿Qué?
-Te amo.-Dijo él mirándola a los ojos.
Pru quedó paralizada. No supo que decir. Era como si hubiera quedado hipnotizada con los ojos de Stu. Se tardó como dos minutos en responder un "Yo también."
-¿Por qué tardaste tanto?-Preguntó él.
-No lo sé. Por alguna razón me puse nerviosa.-Dijo ella. Él se limitó a reír y luego a besarle dulcemente.
En eso, abren la puerta repentinamente. Era Lucy que escapaba de algo con una botella llena de agua en la mano.
-¡No!-Gritó Lucy mientras corría por todo el patio.
En eso sale de la casa Evan, también con una botella llena de agua en la mano. Él estaba empapado. Pru deja de besar a Stu al instante.
-¡Mira como me dejaste, Lucy!-Gritó Evan corriendo en dirección a ella.
-¡Ah!-Gritó Lucy-¡No! ¡No te salpico agua nunca más lo prometo! ¡Lo prome..!-Fue lo último que dijo cuando Evan le tiró un poco de agua encima-Bastardo.
-No quedaste más mojada que yo.-Dijo él. Luego le tomó el brazo-Quiero hablar contigo.
-Estamos a mano.-Dijo ella. Luego entraron a la casa, dejando a Pru y a Stu solos nuevamente.
-¿Por qué no entramos a la casa?-Dijo Pru-Ya me está dando un poco de frío.
Entonces Stu asintió y entraron a casa. Lo primero que se encontraron fue a Lucy y a Evan hablando en susurro.
-Que no le he dicho a na...-Dijo Lucy, luego volteó a ver a los chicos, junto con Evan-Hola.-Dijo ella con una sonrisa.
-Vamos a la habitación.-Dijo Evan.
-Si quieres.-Dijo Lucy.
-¿Estos tienen algo?-Preguntó Stu con una pícara sonrisa.
-Nada que ver.-Dijo Pru.
-Entonces, ¿Por qué Evan...?-Pru lo interrumpe.
-Estaban hablando de un asunto privado. Eso es todo.
Pru sabía de lo que estaban hablando. Recordó al instante, cuando Lucy le contó que Evan estaba enamorado de ella. De seguro que era eso. Pru se preocupó y ni si quiera escuchaba a Stu, que ya le estaba hablando de hace rato.
-¡Pru!-Gritó Stu.
-Ella reacciona-¿Qué?
-Estoy aburrido.
-¿Por qué no vamos a la playa en la noche?
-¡Sería fabuloso! ¿Con los chicos o sin?
-Con.
-¿Sin?
-Con.
-¿Sin?
-¿No quieres ir con ellos?
-Sí, pero quiero un momento a solas contigo.-Y movió sus cejas de arriba hacia abajo.
-Ay, Stu. No seas...tonto.
-No soy tonto. Sé que te gusta la idea.-He hizo el mismo movimiento anterior con sus cejas.
-Stu, ¡Basta!-Dijo ella con una risa nerviosa.
Siguieron así, hasta que se fueron a la sala de estar.
Dieron las ocho de la noche. Todos se arreglaron y Jude sacó su guitarra. En realidad no hacía frío, así que no fueron tan abrigados.
Cuando llegaron a la playa, sintieron un tremendo frío, así que fueron e hicieron una fogata. De ahí se les pasó. Les dieron hasta ganas de tirarse al mar, y así lo hicieron. Todos.
-¡Stu, ven conmigo!-Gritó Pru.
-¡Ya voy, linda!-Gritó él.
Corrió hasta Pru, la tomó en brazos y comenzó a correr nuevamente en dirección al mar. Luego de llegar a él y a los más profundo, Stu pegó un saltó y cayó al agua con Pru en brazos.
Luego de que Lucy se quitara la blusa que traía y la dejara cerca de la otra ropa, alguien la toma en brazos comienza a correr rápidamente. Ella trata de investigar de quien se trataba y era Robert, que luego de que él la mirara, le da un beso en la nariz y luego sonríe. Aún corriendo. Hicieron lo mismo que Pru y Stu.
De repente, Lucy siente que algo le roza la mano, como si estuviera buscando algo y que la mano de Lucy fuera eso lo que buscaba. La agarró fuertemente luego de rozarle como dos veces. Lucy salió de inmediato del agua y levanta su mano y ve otra encima de la suya. En eso sale Robert del agua y ella ve que se trataba de él.
Robert entrelazó su mano con la de Lucy, y luego de hacer eso, repentinamente él la abraza. Ella respondió al abrazo con el mismo gesto. Permanecieron así durante cinco minutos.
Robert le tomó la mano de nuevo a Lucy y se fueron a reunir con los demás, nuevamente en la fogata. Jude sacó su guitarra mientras que todos se sentaban al rededor de la fogata para entrar en calor. Jude comenzó a tocar una melodía. Igual que lo hacen los grupos de jóvenes que tienen plata cuando van a la playa en la noche y la pasan bien. Así mismo.
Después de tocar algunas canciones y cantar, dejaron la guitarra a un lado y comenzaron a dar vueltas al rededor de la fogata y a gritar. Era tanto el bullicio que llegó la policía. 
-¿Qué pasó acá?-Dijo uno de los oficiales.
De ahí pararon todos de danzar y todos pusieron fijamente la mirada en él.
-Ah...Nada, oficial.-Dijo Ross.
-¿En serio?-Dijo otro. Eran tres en total.
-De verdad.-Dijo Stu.
-Apaguen eso ahora. Nosotros los iremos a dejar a sus hogares.-Dijo el tercero.
-Mierda.-Dijo Lucy de pronto, y se agarró la cabeza y luego se cubrió la boca con ambas manos.
-¿Cómo dijo?-Preguntó el segundo oficial que había hablado.
-No, nada.-Dijo Lucy algo nerviosa.
-Dígame la verdad, señorita...-Robert interrumpe al mismo oficial.
-Dijo que nada, oficial.-Dijo Robert con firmeza. En eso el oficial queda mirando fijamente a Robert y pronunció unas palabras, que a Robert y a todos los pusieron muy nerviosos.
-¿Quién es usted para interrumpirme?-Dijo el oficial con más firmeza que Robert.
-Harold Starkey.-Mintió Robert que, con algo de nerviosismo tragó algo de saliva.
-¿Y tú crees que me vas a engañar con ese nombre tan usado?-Preguntó el oficial dándose cuenta del nerviosismo de Robert. Como no hubo respuesta, siguió-Te vas con nosotros.
-¡No!-Gritó Lucy.
-¿Te quieres ir con él?-Preguntó el mismo oficial.
-No se lo lleve.-Dijo sin responder a la pregunta del oficial, lo cual enojó muchísimo al mismo.
-¿Te quieres ir con él, si o no?-Preguntó nuevamente gritando y mirando fijamente a Lucy.
-No, señor.-Dijo ella con miedo.
-¡No le grite así a mi novia!-Gritó Robert con los ojos cerrados.
Entonces todos quedaron perplejos, hasta Lucy. El oficial se dirigió hasta Robert, lo miró fijamente, luego alzó su puño derecho y golpeó a Robert en la nariz. Éste cae al suelo y Lucy grita, al igual que Pru. Entonces todos quedaron aún más perplejos.
-¿Por qué lo golpeó?-Preguntó Lucy. Entonces el oficial la miró fijamente y caminó hasta encontrarse frente a frente con ella.

sábado, 3 de agosto de 2013

Irse de vacaciones.

Entonces la pequeña fiesta siguió. Fue divertido.
Cerca de las una de la madrugada, Pru y Lucy decidieron irse. Se despidieron y Pru, Lucy y Stu se fueron. Los demás se quedaron para seguir bebiendo.
Los días pasaron volando. Lucy había cumplido los trece años. Le habían hecho una gran fiesta y regalado una gata de mascota, una guitarra nueva y unos cuantos discos de música. En medio de plena fiesta, Robert la llama a al patio.
-¿Qué sucede?-Le preguntó Lucy.
-¿Los has probado?-Saca una cajetilla de cigarrillos y se los muestra a Lucy, que a aquel acto, lo mira sorprendida y a la vez con miedo a que llegara alguien.
-¿De dónde los sacaste?-Dijo mirando para todos lados, para ver si venía alguien.
-Eso no importa. ¿Los quieres probar?-Sacando uno, lo metió a su boca y lo encendió.
En realidad a Lucy le provocaba algo de curiosidad probarlos, aunque le daba asco su olor. Luego de que Robert se sacara el cigarrillo de su boca, se lo pasa a Lucy. Esta lo recibe, y lentamente se lo introdujo a su boca.
-¿Cómo se hace?-Dijo ella, teniéndolo aún en su boca. Robert le sonrió y le explicó como, entonces Lucy lo imitó y luego lo sacó de su interior y tosió. Robert ríe al ver ese acto. Luego Lucy lo probó nuevamente y lo miró fijamente-Esto es...¡Fabuloso!-Le dio otra probada y luego se lo entregó a Robert.
-Es algo genial.
-No me pueden ver aquí. Menos fumando-Comienza a caminar en dirección a su casa, Robert tiró el cigarrillo al suelo, lo apagó y la detuvo tomando su brazo y volteándola.
-Vamos, sabes que quieres uno...-Dijo moviendo sus cejas de arriba a abajo. Lucy miró para todos lados. Luego ella sonrió, tomó la mano de Robert y lo guió hasta un lugar de su casa: en donde se escondía para que su madre no la encontrara luego de que llegara con las notas de Lucy en las manos para luego regañarle.
El lugar era algo pequeño y oscuro. Se sentaron en el suelo, uno en frente del otro con las piernas flexionadas hacia los lados.
Entonces Robert sacó la cajetilla. Lucy miraba la cajetilla y luego a Robert, hizo esto varias veces, hasta que Robert le entrega uno y otro se lo puso en la boca, guardó su cajetilla y sacó su encendedor, se lo entrega a Lucy.
-¿Me harías el honor?
Entonces Lucy sonríe, toma el encendedor, ambos acercan los cigarrillos a este y Lucy los enciende, a ambos al mismo tiempo. Fumaron un buen rato, mientras hablaban de anécdotas y otras cosas. De repente Robert saca mágicamente una cámara. Le tomó una foto a Lucy, mientras esta fumaba con los ojos cerrados. Cuando esta escuchó el sonido y sintió el flash de la cámara, ella abrió los ojos.
-¿Por qué hiciste eso?-Preguntó Lucy.
-No lo sé.-Respondió Robert encogiéndose de hombros. Entonces guardó la cámara, miró a Lucy fijamente, con los ojos bien abiertos-Eres hermosa, Lucy.-Se acerca a ella rápidamente y le planta un beso en los labios.
Se sintieron en todas las partes del universo entero.


Varios días después...era sábado, tipo ocho de la noche.
-Y entonces la empujé con mi hombro.-Le dijo Pru a Lucy mientras caminaban a la casa de Pru, cargadas de bolsas con cosas para comer y unas cuantas bebidas.
-Esa es mi chica.-Dijo Lucy dándole pequeños golpes en el hombro a Pru-No sé. No me puede caer peor Jane.
-Sé como te sientes.
-¿Sabías que te amo?
-Sí, de hace rato.
-Que bueno, querida.
-¿No es así, cariño?
-Lo es.
Así se fueron hablando, hasta que llegaron a la casa de Pru. Se encontraban solas. Pusieron las cosas para comer en varios platos, y las bebidas las vertieron en dos vasos. Se fueron a poner los pijamas, luego se sentaron en el sofá de la sala de estar y pusieron una película. Luego de que terminara, se fueron a la habitación de Pru, sirvieron más cosas para comer y más bebida, pusieron música y comenzaron a hablar.
-¿Sabes? Debo contarte algo.-Le dijo Lucy a Pru, ambas se ponen serias. Luego de unos segundos Pru habla.
-Ya sabía que te caía mal Jane...-Lucy la interrumpe.
-Si, claro, es eso. ¡Es en serio, Pru!
-¿Qué cosa?-Y Pru dio un sorbo de su bebida.
-Fue hace mucho tiempo, ¿Recuerdas cuando Ross hizo esa pequeña fiesta?
-Ah, si. ¿Qué tiene?-La mira con curiosidad, mientras se echaba una papa frita a su boca.
-Bueno, ese mismo día...Ross me besó.-En eso Pru comienza a toser.
-¿Qué?-Preguntó recuperándose un poco.
-Ross me besó.
-¿Qué?
-¡Ross me besó! ¿Estás sorda o qué?
-¡Ya te oí! ¿Cómo te besó?
-Verás, me dijo que le gustaba.
-¿Qué?-Preguntó sorprendida.
-Si, le gusto a Ross.
-No puede ser.
-Si puede ser, porque me lo dijo él mismo...-La interrumpe Pru.
-No es eso. Es que le gustas también a Pete.
-¿Qué?-Preguntó Lucy.
-Le gustas a Pete.
-Le gustas a Evan.
-¿Cómo?
-Si, le gustas.
-Ay, no. ¡Estoy con Stu!
-Lo sé. Eso le dije la vez que Evan me dijo que le gustabas.
-Esto es horrible. Me ve casi todos los días con él, tomados de las manos y bes...-No completa la frase y se cubre la cara con ambas manos.
-¿Sabes que es malo?
-¿Qué puede ser peor?-Descubriéndose la cara y mirando a Lucy.
-Me gusta Robert.
-No te puede gustar él, querida.
-Si puede...Él me besó.-Se cubre la cara con una almohada y se echa hacia atrás.
-¿En serio?
-No, sólo lo decía para que me creyeras.-Dijo Lucy con sarcasmo.
-Escucha, tienes que darle una oportunidad a Pete...-Lucy interrumpe a Pru.
-Ni si quiera te has fijado en como te mira Max.
-¿Cómo dices?
-Lo que escuchaste.-En eso golpean la ventana de Pru, Lucy la abre y ve que es Stu-No molestes.-Y la vuelve a cerrar.
-¿Quién era?
-No sé.-Pru no convencida de la respuesta de Lucy, abre la ventana y ve a Stu. Ambos sonrieron. Se quedaron hablando varios minutos, hasta que Stu se fue.
-Como te decía. Tienes que darle una oportunidad a Pete, es una muy buena persona.
-Lo sé, pero me gusta Robert. ¿Qué le voy a hacer?
-¿Al menos piensas decírselo a Robert?
-¿Estás loca? No, tiene novia.
-A ti solamente se te ocurre enamorarte de un chico que ya tiene novia.
-¿En serio?
-No, pero...No sé.
Después de hablar y de hablar, se quedaron plácidamente dormidas.
Al día siguiente, aún se encontraban solas. Mientras desayunaban, hablaban de que lo anterior deberían repetirlo y cosas por el estilo.
-Podríamos irnos todos juntos a la playa por unos días. Queda poco para salir de vacaciones.-Dijo Pru.
-¿Dices que con todos los chicos?
-Todos.
-¿Cyn y Linda?
-¡No!-Lucy ríe al grito de Pru-Me caen mal. Son medias presumidas.
-Lo sé. Juntas son como una Jane más.
-Así es-Luego Pru rió-Deberíamos avisarles a los demás mañana.
-¿Mañana que día es?
-Mañana veremos a todos los chicos, además a Jane.
-Lunes.-Dijo sin ánimos.
-¿Vamos al centro? Quiero sacar fotos.
-¿Ahora?-Lucy preguntó, y Pru asintió.
Se ducharon, vistieron y se fueron rumbo al centro de Liverpool.
Entonces pasaron los días, era verano y tenían un descanso. A principios de Junio se irían a la playa todos los chicos: Pru, Lucy, Pete, Stu, Robert, Jude, Ross y Evan. Max, Winston, Josh y Pete no habían podido ir, lamentablemente, por razones personales.
Ambas chicas estaban en la casa de Pru, esperando a los chicos.
-Estaremos allá en diez minutos.-Le dijo Stu a Pru por teléfono.
-Ok. No se tarden.-Le respondió ella, al segundo corta la llamada-Vendrán luego-Le dijo a Lucy.
-¿Diez minutos?
-¿Cómo supiste?
-Stu habla tan fuerte, que escuchó todo hasta tu vecino.-Dijo bromeando.
-Eres una Groupie.
-Prostituta.-Pru se sienta a su lado y apoya la cabeza en el hombro de Lucy. Se quedaron así un momento, hasta que Lucy habla.
-¿Qué esperas? Muéstrame tu traje de baño.
-¿De qué hablas? Está al fondo de esa maleta, no la desarmaré por ti.
-Anhelaba esa respuesta, querida.
-Por eso te amo.-En eso tocan la puerta.
Pru fue a abrir y eran Stu y Pete. Los cuatro se saludaron. Los chicos se llevaron las maletas de ambas chicas hasta la camioneta. Subieron y allí estaban los demás. Jude manejaba, Pete iba de copiloto, y todos los demás en la parte de atrás. Trataron de hacer un poco de espacio para ambas, luego se fueron.
Escuchaban a The Beatles a todo volumen. El camino, por aluna razón, fue largo. Unos coreaban canciones y otros dormían plácidamente. Pru y Stu eran unos que se quedaron durmiendo hasta el final. Pru apoyaba su cabeza en el hombro de Stu, y este apoyaba su cabeza en la de Pru delicadamente.
Lucy y Robert molestaban a Pru y a Stu para despertarlos. Les movían el cabello, le soplaban la cara...hasta que Robert tomó un perfume que tenía Pru en su bolso y los roció muchas veces en la cara. Ellos despertaron al fin. Mientras que los demás reían, Pru y Stu golpeaban a Robert y lo insultaban. Luego volvieron a la misma posición de antes.
Robert sacó cigarrillos y les ofreció a todos. Obviamente todos fumaron, hasta Jude, que iba manejando. La camioneta tenía más humo que personas. Abrían las ventanas pero aún seguía él allí. Aunque a nadie le importó.
-Chicos, me duele el trasero.-Dijo Evan algo sonrojado por lo que había dicho.
-Y a mi.-Dijo Jude-¿Hacemos una parada?
-Oh, demonios, Evan. ¿Era necesario hacerme perder una vida en este video juego?-Dijo Pete.
-¿Y yo qué iba a saber que estabas jugando?-Preguntó Evan.
-Estás al lado mío, viejo.
-¡Cállense, idiotas!-Gritó Pru-Yo también quiero jugar, Pete.
-Es Mario Bross.
-Ya no quiero.-Dijo Pru.
-¡Hijo de puta, sal de mi camino!-Gritó de repente Jude. Después de eso, la camioneta dio un gran salto, lo cual alteró un poco todo.
-¡Ten más cuidado, idiota!-Gritó Pete.
-¡Ese estúpido se cruzó!-Gritó Jude.
-¡Lo arrollaste, imbécil!-Gritó por otro lado Ross.
-¿Qué no vas a parar, Jude?-Preguntó, gritando también, Lucy.
-¡Está herido! ¡Debes parar!-Gritó Pru.
-¿Están locas? ¡Me llevarán detenido!
Entonces Pete, golpeó las manos de Jude, provocando que éste sacara las manos del volante, y puso las suyas en este. Luego pateó los pies de Jude, para luego tomar el control del vehículo él. Frenó, abrió la puerta y bajó de la camioneta. Vio un hombre tirado en el piso, sangrando, parecía muerto. Bajaron todos los chicos, hasta las chicas, dejando la camioneta abierta. Fueron a ver al hombre, y este ya no respiraba ni su corazón palpitaba. En eso ven a un auto acercarse de lejos. Parecía la policía. Los chicos entraron en pánico.
-¡Corran a la camioneta!-Gritó Robert.
Todos obedecieron, se subieron rápidamente al vehículo y se fueron lo más rápido que pudieron para que la policía no los encontrara.
-Lucy, estás pálida.-Dijo Ross. Lucy no respondía.
-¡Lucy!-Gritó Robert zamarreándola.
-¡Lucy, despierta!-Pru la abofetea. Y Lucy "despierta", y se toca la mejilla.
-Oye...-Le devuelve la bofetada a Pru.
-Estabas pálida.-Dijo Evan.
-¿En serio?-Preguntó Lucy, extrañada.
-Sí, ¿Te sientes bien?-Preguntó Stu.
-No del todo. Me dio miedo.-Luego ríe.
-¿Quieres agua?-Preguntó Pru, sacando una botella de agua que tenía en su bolso. Lucy asintió y Pru le pasó la botella.
Entonces iban a toda velocidad. Hasta que llegaron a la casa en donde se quedarían un par de semanas. Descargaron la camioneta y entraron a la casa de veraneo, la cual era demasiado grande. Dejaron las maletas en el piso, y luego se sentaron en un sofá algunos y otros en el suelo. Luego de estar un rato así, Lucy y Pru se dirigieron a la cocina para tratar de cocinar algo.
-Entonces...Ponerle aceite.-Pru tomó el aceite y lo vertió en la olla.
-¡Ya te pasaste!-Exclamó Lucy tratando de quitarle el aceite a Pru.
-Entonces será la sal.
-Ya no quiero comerlos.
-Ni yo.-Tomó la olla con los fideos en su interior y los tiró a la basura. Luego vi que más había para comer, y no había ni un gramo de azúcar-Ya se acabó la comida.
-¿Cómo dices?
-¡Chicos se acabó la comida!
-Ordenemos pizza.-Gritó Jude desde el baño.
-No sean flojos y vayan a comprar algo de comer.-Dijo Lucy.
Entonces los chicos se fueron de aquel lugar y las dos chicas se quedaron allí esperándolos.

martes, 16 de julio de 2013

La Verdad De Pru y Lucy.

Ross trató de perseguirla, pero en cuanto comenzó a correr alguien le toma el brazo y lo voltea.
-Hola.-Le dijo una pelirroja de ojos azules.
-Hola.-Le dijo Ross-¿Quién eres?
-¿Eres novio de Lucy?
-¿Quién eres? Suéltame.-Ella lo suelta.-¿Qué quieres?
-Soy Jane Asher. Quiero saber si eres novio de Lucy, si o no.
-No te interesa.-Se va corriendo en la dirección en que se fue Lucy.
Después de perseguirla un largo tiempo, la encontró escondida entre unos árboles, sentada en el pasto.
-¿Lucy?-Pregunta Ross. Lucy voltea, y él ve que ella tenía los ojos hinchados y a nariz roja.
-Ross...-Se pasa la mano por los ojos y se pone de pie-¿Por qué estás aquí?
-Me preocupé. La manera en que te fuiste fue...-Lucy lo interrumpe.
-No...-Ross la interrumpe.
-Lo siento, Lucy.
-No importa.-Dijo ella de inmediato.
-¿Vamos a mi casa?
-Lucy lo mira extrañada-¿Qué?
-No, nada. Dije que estaba haciendo un poco de frío. Ten mi chaqueta.-Se la saca y se la da a Lucy.
-Pero ya tengo una tuya en casa, con esta serían dos.-Dijo esto último, y se la pasó a Ross.
-No la voy a aceptar.-Se mete las manos a los bolsillos y le sonríe a Lucy-Te la pones, o me enojo por una eternidad contigo.
Lucy se quedó mirando a Ross un buen rato, hasta que aceptó.
-Eres un estúpido bastardo.-Se pone la chaqueta de Ross-Ahora, ¿Qué?
-Creo que está mi madre en casa, ella hace cosas muy ricas para comer. ¿Vamos?-Ross le sonríe a Lucy.
-...Ya qué.-Acepta.
-De seguro que te gustarán...-Dijo Ross mientras caminaban hasta su casa, la cual no quedaba tan lejos de aquel lugar.
Habían llegado a una casa bastante linda y grande. Ross sacó unas llaves y abrió la puerta, que al parecer, era la principal. Lo primero que se encontraron al entrar a la casa, fue a una mujer de aproximadamente treinta y cinco años, que cuando vio a Ross y a Lucy se le iluminó la cara y sonrió.
-Hijo mío, ¿Cómo estás?-Se acerca a ambos.
-Bien, mamá. Ella es Lucy, una amiga.-La presenta, y la mamá de Ross la mira.
-Hola-Dijo Lucy amablemente.
-Hola, linda. ¿Tienen hambre? Estoy haciendo galletas de vainilla.-Dijo ella aún con la sonrisa dibujada en su rostro.
Al rato después, ambos estaban en la sala de estar tomando una taza de leche caliente y unas galletas de vainilla recién horneadas. Al terminar de comer todo, a Ross se le ocurrió algo. Llamaron a los chicos para hacer una pequeña fiesta: música baja, papas fritas, cerveza, bebida, jugo para las chicas...y muchas cosas más. Al rededor de unos diez minutos o quince, llegaron todos, a las únicas que Ross no había invitado eran Cyn y Linda, porque eran las menos cercanas, y además de no soportarlas.
Entonces se habían ido todos a la habitación de Ross, la cuál era también muy grande. Luego de hablar de muchas cosas, se pusieron en un círculo sentados en el suelo, luego empezaron a jugar "Verdad o Reto" con una botella de cerveza que se habían tomado hace un rato, la dieron vuelta y los extremos de esta apuntó a Robert y a Jude.
-Bien, Robert, ¿Verdad o reto?-Le dijo Jude.
-...Verdad.
-Veamos, ¿Con quién de esta sala harías el amor?-Todos ríen mientras que a Robert se le ponían las mejillas coloradas-Recuerda que si no respondes esta pregunta, tu castigo será feo.
-Oh, bien. Ah...Me acostaría con...-Miró a todos a su alrededor-No puedo decir eso, quiero un reto.
-Bien, entonces...-Jude toma su mochila, y saca una botella de ron-Bébelo. Todo.
Jude le pasó la botella a Robert y este la recibió, la abrió, y todos comenzaron a animarlo para que se lo tomara de un solo trago. Así lo hizo. Había quedado sin aliento.
Luego de eso, todos le "aplaudieron" y siguieron con el juego. Le dieron vuelta a la botella y un extremo de la botella había quedado entremedio de Pru y Lucy, y el otro extremo apuntó a Pete.
-Bien, chicas, ¿Verdad o Reto?-Preguntó Pete.
Las dos chicas se miraron y decidieron decir la verdad.
-Ok. ¿Cuál es el mayor secreto que tienen entre ustedes?-Entonces Lucy y Pru viajaron a su infancia, a su vieja ciudad. Luego se miraron y asintieron.
-Bien, el mayor secreto que tenemos entre nosotras...-Dijo Pru.
-¡No se lo deben decir a nadie!-Gritó Lucy desesperada.
-Todo lo que se dice aquí, se quedará aquí.-Dijo Ross con una sonrisa.
-Si se lo dicen a alguien, les patearemos los huevos. Lo prometemos.-Dijo Pru con una mirada amenazante.
-¡Lo prometemos!-Gritaron todos con miedo.
-Ok.-Dijo Pru.
-El mayor secreto...-Dijo Lucy.
-Es...-Dijo Jude.
-Nosotras no somos de Inglaterra.-Dijeron Pru y Lucy.
Luego de eso todos quedaron perplejos, con la mirada fija en ambas.
-¿Cómo?-Dijo Stu.
-No entiendo nada.-Dijo Robert.
-Entonces, ¿De dónde son?-Preguntó Ross.
-Somos de Francia.-Respondió Lucy.
-Pero...¿Cómo?-Habló Pete.
-Verán, esto viene de hace mucho tiempo...-Recordó Pru.
-Más o menos como desde el año 1939...-Siguió Lucy.
-Nuestros abuelos paternos eran mejores amigos, desde la infancia, al igual que nuestros bisabuelos paternos, aunque de ahí nos habríamos pasado al 1800.-Dijo Pru.
-Entonces, empezó la Segunda Guerra Mundial, y nuestros bisabuelos paternos supusieron que en París estarían mejor refugiados y cosas así, entonces viajaron. Ellos siempre estuvieron metidos en cosas de negocios y bla bla bla. Eran como negocios familiares. Toda mi familia y la de Pru siempre estuvo relacionada de alguna forma u otra.-Dijo Lucy y luego rió.
-Entonces vivieron por los siglos de los siglos en París.-Bromeó-Al final de la década de 1960, nacieron casi al mismo tiempo nuestros padres. Los padres eran los ingleses y las madres eran las francesas, y ellas también eran amigas desde la infancia. Así que se conocieron casi al mismo tiempo.-Siguió Pru.
-Luego, en el año 1998, nació Pru, y al año siguiente, nací yo. Entonces siempre jugábamos juntas y eramos buenas amigas. De repente, nuestros padres nos da una noticia, que era que nos íbamos a Manchester a vivir, ambas familias. Obviamente por el negocio familiar.-Dijo Lucy.
-Entonces estudié un tiempo en Manchester. Al poco tiempo, mis padres se separaron y nos vinimos a vivir acá a Liverpool.-Dijo Pru.
-Dos años después, a mis padres les pasó lo mismo. Aquí nos tienen.-Dijo Lucy.
-Nosotras jamás perdimos el contacto. Nos enviábamos cartas, hablábamos por teléfono.-Habló Pru.
-Entonces nos tuvieron que cambiar de colegio, pero nunca pensé que me cambiarían a este colegio, aunque era algo lógico.-Dijo Lucy.
-¿Qué hay de sus hermanos?-Preguntó Robert.
-Nuestros hermanos también son amigos.-Respondió Lucy.
-Como son los cuatro de casi la misma edad, estudian en la misma Universidad.-Siguió contando Pru.
-Y esa es nuestra historia.-Dijo por último Lucy.
Todos los chicos las quedaron mirando sorprendidos.

miércoles, 3 de julio de 2013

¡Ahí están The Strypes!

-Oigan, ya bajen de ahí.-Les gritó Jude a Pete y a Lucy. Estos obedecieron. Pete bajó primero y ayudó a bajar a Lucy.
El lugar estaba repleto, y los chicos tocaban dentro de diez minutos, así que decidieron ir a hablar con el guardia.
-Nosotros vinimos a tocar.-Le indicó Jude al guardia, mientras mostraban sus instrumentos.
-Ok, pasen.
-Ellos vienen con nosotros.-Robert apunta a los demás.
-Ok, pasen.-Los chicos obedecieron y entraron.
Adentro estaba más lleno aún, y los chicos sintieron más nervios aún. Los integrantes del cuarteto, se fueron a otro lado, como para prepararse, mientras los demás se quedaron esperando mientras conversaban de lo extremadamente interesante y genial que sería el concierto, y además de los otros dos grupos musicales que tocarían allí.
Luego de unos eternos seis minutos se subieron los chicos al escenario. Todos aplaudían, pero los chicos eran los más eléctricos de ahí. Pru y Lucy eran las que más gritaban y aplaudían.
Las canciones que tocaron fueron: Twist And Shout, Baby's In Black, From Me To You, She Loves You, Ticket To Ride, entre otras. Además de tocar algunas propias. La duración fue al rededor de dos horas.
-Bien, nosotros ya terminamos-Dijo Jude-Ahora viene un grupo amigo. Ellos son muy guapos...-Lo interrumpe Max.
-No sabía que tirabas para el otro lado también.-En tono de broma. Todos ríen.
-No seas tonto, lo digo para las chicas.-Guiña un ojo. Todas gritan, mientras que Max, Winston y Robert se van del escenario-Ellos también, son unos muy buenos músicos. ¡Con ustedes, muchachos: The Strypes!
¿The Strypes? ¿Quiénes son The Strypes?
Luego de que Jude gritara el nombre de la banda, subieron cuatro chicos, mas o menos de la misma edad que los otros chicos, osea, entre catorce o quince.
 -¡Hola!-Dijo el que no tenía ningún instrumento, cuando Jude le golpeó el hombro y se iba. Quizás él era el vocalista-Nosotros somos The Strypes...si es que no se dieron cuenta.-Ríe, al igual que todos.
Tocaron varias canciones de The Beatles, y algunas canciones demasiado buenas que eran propias. Mientras las tocaban todos bailaban.
Stu sacó a bailar a Pru, Robert a Cyn, Jude a su novia, Pete a Lucy, mientras que Max y Winston se fueron por unas chicas.
Tocaron varios minutos, lo que significaba que los chicos se cansaron muchísimo.
Luego de The Strypes, venía otra banda. The Strypes los presentaron, luego bajaron y se fueron con los chicos.
-¡Ross, tanto tiempo!-Exclamó Jude, luego abraza al vocalista.
-Demasiado, compañero.-Le responde Ross. Este comienza a saludar a todos los demás. Se presenta, al igual que lo hicieron los otros de la banda, quienes eran: Josh McClorey, el guitarrista; Peter O'Hanlon, el bajista; y Evan Walsh, el baterísta. Hasta que Ross, vio a Lucy.
-Hola, soy Ross Farrelly. ¿Cómo te llamas, hermosa?-Arrincona a Lucy. Esta, obviamente, se pone nerviosa.
-Yo...Yo me...Me...Me...Me...Lucy Starkey, un gusto.-Dijo y se calmó un poco.
-Lindo nombre, para una linda chica.-Dijo conquistador.
-Gracias.-Dijo de golpe.
-Por nada, preciosa.-Se acerca mucho más a ella.
-Ya, basta.-Dijo Lucy, y lo alejó.
-Hey, no te alteres. Perdón si te enojó eso...-Dijo Ross.
-No importa.-Dijo Lucy, luego de irse.
Se la pasaron bailando otro buen rato.
Stu y Pru bailaban como nunca, y a ratos se besaban apasionadamente. Eran una bella pareja.
Pete invitaba a Lucy para bailar, pero esta última estaba bastante cansada por ahora, quizás más tarde. Él se quedó con ella para no dejarla sola.
Robert con Cyn, Jude con Linda -su novia-, Max y Winston habían desaparecido entre la multitud de esa noche.
-Ross se acerca a Lucy. Eso le apestó un poco a Pete-¿No quieres bailar?
-No, gracias. Estoy cansada.
-¿Quieres algo para beber?
-¿Algo como qué?
-No lo sé, una cerveza...-Pete lo interrumpe.
-Tiene doce, hermano.
-Oh, lo siento. Espera...¿Tienes doce y estás acá? ¿Cómo entraste?
-Sabemos camuflarnos, ¿Cómo es que estás tú acá, si tienes catorce o quince?
-Sabemos mentir.
-Ya, basta.-Dijo Lucy.
-Vayamos a tomar algo por aquí cerca, ya me quiero ir.-Propuso Ross.
-Dale, ¿Vamos, Lucy?-Preguntó Pete.
-Yo no voy sin Pru. Esperen.
Lucy se fue para ir a buscar a Pru, hasta que la encontró.
Al final todos se colaron, y se fueron de The Cavern. Fueron a algo parecido a una cafetería, ambientada en los años sesentas. A Pru y a Lucy les encantó, la bautizaron "El Punto de Encuentro Juvenil", o sea, que siempre tendrían que encontrarse ahí.
Se la habían pasado genial, hasta que dieron las tres de la madrugada, era hora de irse a casa.
Todos se subieron a la gran camioneta. The Strypes se habían ido por su lado, dijeron que se verían nuevamente en la escuela.
Ni Lucy, ni Pru, ni Stu sabían que ellos iban al Liverpool College of Art. Pero en fin, pensaron que sería más divertido.
Los chicos se subieron a la gran camioneta y se fueron rumbo a sus casas. Llegaron primero a la casa de Pru, luego a la de Lucy.
-¡Adiós, perra!-Le gritaron a Lucy.
-¡Adiós, bastardos!-Les grita Lucy, luego ríen y se van. El insulto amigable.
Lucy trató de entrar cuidadosamente a su casa, sin ruido alguno. Sigilosamente. Todo era perfecto, hasta que prende la luz de la sala, y lo primero que ve es a su madre de brazos cruzados y con su camisa de dormir. A Lucy casi le dio un infarto.
-¿Por qué a esta hora?
-Porque recién terminó.
-Nunca más.
-Lo prometo.-Lucy abraza a su madre, y esta última le besa la frente.
Llegó el día lunes. Pete pasaría a buscar a Lucy, para irse juntos a la escuela. Cuando llegaron a la entrada de esta última, se encontraron con Ross y Evan.
-¡Lucy!-Exclamó Ross.
-Hola, Ross.-Dijo sin entusiasmo.
-¿No tienes frío? Te puedo prestar mi chaqueta.-Se la saca, y cubre con ella a Lucy.
-Gracias, Ross, eres muy amable. Pero...-Se la comienza a sacar.
-¡No lo hagas!-Gritó tan fuerte Ross, que todos se le quedaron viendo raro.-Digo...no te la saques.
-¿Por qué no?
-Quiero que la tengas tú.
-Ok, pero...-Ross la interrumpe.
-No importa, ¿Sí?-Lucy asintió.
-¿Y no vamos a entrar?-Preguntó Evan.
-Cierto, llegaremos tarde.-Dijo Lucy.
Mientras entraban al interior de la escuela, Evan se le acercó a Lucy para hablar un momento.
-Hola, Lucy.
-Hola, Evan. ¿Cómo te va?
-Muy bien, ¿Y a ti?
-Igualmente.-Después vino ese típico silencio incómodo.-¿Y?
-¿Y qué?
-Si te acercaste a hablarme, es por algo. ¿Qué sucede?
-Debemos hablar en un lugar más privado.-En eso mira a Ross y a Pete.
-Ok. Nosotros nos vamos a allá.-Y Lucy apunta un lugar cualquiera.
-Esperen, yo voy con ustedes.-Dijo Ross.
-Y yo.-Dijo Pete.
-Dije "Nosotros", dos, solos. ¿Entienden? ¿Ahora? ¿Por favor?-Dijo Lucy.
-Lo sentimos.-Dijeron Pete y Ross a coro. Luego se fueron, mientras que Evan y Lucy seguían su camino.
-Y bien, decías...-Dijo Lucy.
-Oh, cierto. Verás, lo he mantenido en secreto. No se lo he dicho a nadie, eres la primera persona a la que se lo digo.
-¿Qué cosa, Evan?
-Ya sabes...Yo...Ah...-Sonó nervioso.
-¿Qué?
-Lo siento, estoy algo nervioso.
-Si, lo noté. Pero no te preocupes, puedes confiar en mi.-Lucy le sonríe-Si es un secreto, no se lo diré a nadie. Lo prometo.
-Gracias.-Sonríe-Creo...creo que me gusta Prudence.
Ahí, Lucy quedó en silencio. Luego se quedó pensando un momento, tomó aire, y dijo algunas preguntas:
-¿Te gusta Pru?
-Creo que si. Cuando la vi esa noche en The Cavern, fue...-Sonríe y luego prosiguió-Es muy linda.
-Evan, ella está "saliendo" con Stu. De eso te deberías haber dado cuenta en The Cavern.
-¿Con Stu?-Lucy asintió con la cabeza-Siempre me sucede lo mismo.
-Te entiendo. Me sucede lo mismo que a ti.-Luego ríe. Luego se pone seria, y mira a Evan a los ojos-Lo siento.-En eso tocan la campana para entrar a clases-No te rindas.-Se pone de pie, junto con Evan. Él le da un gran abrazo antes de irse cada uno a sus salas.
-Gracias.
-Ya hay que irse, nos vemos.-Lucy se va, dejando a Evan ahí. Luego de un rato él se va.
Pasaron horas eternas antes de salir al pequeño recreo. Horas eternas de tortura. Jane, en medio de plena clase, se puso de pie y fue al banco de Lucy.
-¿Qué pasó, perra? ¿Por qué Robert no te vino a dejar hoy, como lo hace todos los días?-Dijo en un tono molesto.
-Eso no tiene nada que ver contigo.-Le respondió Lucy.
-¿Por qué no? ¿Acaso no viste que me besó en los labios el sábado por la noche?-Mintió.
-El sábado por la noche estaba conmigo. No contigo, perra.-Luego ríe.
-¿Cómo me llamaste?
-¿Seguimos con el mismo chiste?
-Por supuesto.-Le da una bofetada a Lucy.
-¡Quién eres tú para golpearme!-Se toca la mejilla. Y luego le da una bofetada a Jane.
-¡Me las pagarás, zorra!
Jane se abalanzó sobre Lucy, y ambas caen al piso. Jane golpeaba desenfrenada y agresivamente a Lucy en el rostro. Primero iba por los ojos y luego por la boca. Hasta que el profesor detiene a Jane, quien no tenía ni un rasguño. Lucy, todo lo contrario.
-¿Después me dices que ella empieza siempre? A hablar con el director.-Jane se va, y el profesor queda mirando a Lucy, quien aún estaba tirada en el piso. Él le ayuda a ponerse de pie-Ve a limpiarte la cara. La alumna Olivia te acompañará a limpiarte.-Luego mira Olivia-Después te vas con el director.
Olivia acompañó a Lucy hasta el baño, y la ayudó a limpiarse la cara. Cuando terminaron ambas salieron del baño, y en eso, justo venía Pru para "pasar al baño", y las ve.
-¡Y a ti que te sucedió!-Le dijo a Lucy preocupada. Después mira a Olivia-Tú, vete.-Olivia obedece, y se va.
-Jane me golpeó.
-¿Cómo dejaste que te golpeara?
-Le di una bofetada. Ella es más grande que yo, ¿Cómo querías que la quitara de encima?
-Lo siento. Supongo que ahora tienes que ir con el director.
-Eres la ganadora.-Dijo y luego se tocó la boca, que aún le sangraba un poco.
-Te acompañaré, y estaré ahí.
-No, no puedes...-Pru la interrumpe.
-Mira como te dejó el rostro esa puta.
Dentro de unos minutos, Lucy y Pru se encontraban en la oficina del director. Ahí estaban él y Jane.
-¿De nuevo tú acá? Cosa de todos los lunes será, al parecer.-Le preguntó a Lucy.
-Si, aunque no lo crea si.-Toma asiento en una silla, al lado de Jane, al igual que Pru.
-¿Tú que tienes que ver en todo esto?-Le preguntó el director a Pru.
-Esa niña loca golpeó a mi amiga. Con ella al lado, no la dejaré sola.
-Debes irte.-Le dijo el director.
-No lo haré.
-Si lo harás. ¿Acaso quieres el mismo castigo de tu amiga de la otra vez?
-No, señor.
-Entonces, sal de aquí.-Pru finalmente salió de la habitación. Pero se quedó, para esperar a Lucy.
Al final solucionaron el problema. La solución fue, suspender por una semana a Jane. Llamaron a los padres de ambas. A Lucy la irían a buscar, para luego ir al médico.
Las horas fueron eternas, para que atendieran a Lucy en el médico. Hasta que por fin la atendieron.
Salió con toda su cara vendada. Le habían dado una licencia de aproximadamente una semana. O sea, que no vería a los chicos, al rededor de una semana.
Mientras la semana pasaba, los chicos la iban a visitar, y cosas por el estilo. Hasta que llegó el día de sacarse las vendas. Lucy estaba muy feliz de volver a ver su rostro, sin moretones.
Luego de que le quitaran las vendas, ella y su madre se fueron de inmediato a casa.
Era viernes. Lucy se encerró en su habitación, para leer un poco. Luego de leer unas cuantas páginas, su madre la llama para que baje un momento. Lucy obedeció.
Cuando bajó las escaleras y se encontró a su madre y a Ross. Ross Farrelly.
-Te vino a ver este joven.-Luego se va.
-¿Ross?
-¿Ya no me reconoces?-Ríe y Lucy hace una mueca-¿Estabas ocupada?
-No, estaba leyendo-Ríe-¿Por qué?
-¿Vamos a dar una vuelta?
-Bueno, ahora no tengo nada que hacer. Así que...está bien.-Aceptó.
-Ve por tu abrigo, que hace un poco de frío...-Lucy lo interrumpe.
-Está bien, estoy abrigada.
-...Ok.
-¡Mamá, voy saliendo!-Gritó Lucy. Y luego se fueron de casa-¿A dónde vamos?
-A un lado.
-Dime, Ross.
-No.
-O me voy a mi casa.
-Vete a tu casa entonces, no te diré.
-Ok.-Se da media vuelta.
-¡Era una broma!-Le agarra el brazo, y la gira nuevamente-Eres una tonta.
-Tonto eres tú.-Bromearon.
Caminaron varias cuadras, compraron unas galletas para luego ir a un parque para comerlas y pasar el rato.
-¿Para qué me trajiste?-Preguntó Lucy.
-Para decirte algo.
-¿Qué cosa?
-...Te traje aquí para decirte que me gustas, me gustas demasiado.-Le toma la cara a Lucy, justo cuando esta se echó una galleta a la boca. La miró directamente a los ojos, se acercó más, y Lucy se tapa la boca con su mano y se pone de pie.
-Espera, ¿Yo te gusto?
-Más de lo que tu crees.
-Pero, Ross...-Ross la interrumpe.
-"Pero, Ross" nada. Me gustas demasiado, Lucy. Desde la primera vez que te vi en The Cavern. Tu cara, tu pelo, tu todo. Toda tu eres hermosa. Lucy, eres tan hermosa.-Se pone de pie, y la besa en los labios.
A los cinco segundos Lucy, lo corre hacia atrás, lo que provocó que se separaran.
-Ross, no se puede. Tienes ¿Cuántos? ¿Catorce? ¡Tengo solo doce!-Ross la interrumpe.
-¿A ti te importa la edad?
-No es eso. Es solo que...estoy tan confundida.-Da media vuelta y se va corriendo.