viernes, 1 de noviembre de 2013

La estupenda segunda noche.

Narración normal.

Ramona -o Lucy-, se fue a la habitación de huéspedes. Se alistó para dormir, y luego apagó las luces. Durmió plácidamente.
Con respecto a Robert, él no había dormido casi nada. Daba vueltas y vueltas su cabeza. Se levantaba, iba y venía por los pasillos para cansarse. Nada. Pensó en golpear la puerta a la habitación de huéspedes, pero no era necesario. Luego de unas cincuenta vueltas por toda su casa, se fue a dormir. Daban las cinco en ese entonces.
Como a las once de la mañana, Ramona despertó. Bajó las escaleras hasta la cocina. Trató de hacer algo rico de desayuno. Casi explotó la cocina de la casa, pero terminó por hacer unos rancios Hot Cakes.
De repente, sintió que Robert bajaba las escaleras. Ella se apresuró para dejar lista la mesa y luego comer. Dejó las demás cosas sucias en un lavaplatos, y en eso abrió Robert la puerta del comedor.
-¿Qué haces?-Preguntó Robert divertido.
-Desayuno.-Respondió Ramona.
-Eres una tonta.-Dijo y le sonrió.
-¡Siéntate, tarado, se va a enfriar!-Gritó Ramona.
Entonces Robert se sentó junto a Ramona y comenzaron a comer.
-¿Qué tal si vamos a ver a Pru?-Preguntó Robert.
-¿En serio?-Preguntó Ramona entusiasmada.
-Sí. También podríamos juntarnos con los demás, ¿No crees?
-Los demás, ¿Quiénes?-Preguntó mientras daba un sorbo a su taza de té.
-Pete, Stu, los chicos...
-¿The Strypes?-Entonces Robert asintió-De acuerdo.-Dijo e hizo un movimiento con sus hombros.
-¿Tienes el número de alguno?-Preguntó Robert.
-De todos.
-Llámalos.-Robert sacó de su bolsillo su teléfono y se lo pasó a Ramona.
Ella comenzó a marcarle a Ross, quien le contestó al instante.
-¿Hola?-Habló Ross.
Ramona tardó un poco en hablar, ya que se puso algo nerviosa, lo que le pareció muy extraño.
-¿Hay alguien allí?-Preguntó Ross. Entonces Ramona reaccionó.
-¿Ross? Soy yo, Ramona.
-Ramona, te necesito aquí y ahora...
-Yo también te necesito aquí y ahora.-Dijo Ramona interrumpiendo a Ross-Bueno, los necesito.
-¿Para qué?
-Necesito verlos.
-Nosotros también te necesitamos.
-¿Para qué?
-Tú sabes para qué.-Luego rió.
-¿Con quién hablas, amor?-Se escuchó una voz femenina a través del teléfono.
Luego de eso, la llamada se cortó. Ramona quedó desconcertada. Miró el teléfono y luego se lo pasó a Robert.
-¿Qué pasó?
-No sé.-Dijo a media voz.
Robert marcó nuevamente a Ross y él contestó de inmediato.
-¿Hola?-Dijo Ross.
-Ross, habla Robert.
-¡Hola, Robert!-Luego hubo un leve silencio-¿Robert?-Preguntó extrañado.
-Sí, estoy acá con Lucy...-Ramona lo interrumpió.
-¡No me digas Lucy, mierda!-Exclamó algo enfadada.
-Con Ramona.-Dijo Robert.
-¡Dame con él ahora!-Dijo Ramona algo histérica.
-De acuerdo.-Dijo Robert y le pasó el teléfono a Ramona.
-¿Quién demonios era ella?-Preguntó Ramona a voz en cuello.
-Tranquila, Ramona, sólo era la...-Ramona interrumpió a Ross.
-Te espero en la casa de Robert.
-¿Y en dónde demonios vive Robert?-Preguntó Ross.
Ramona le pasó la dirección de Robert y cortó la llamada. Esperarían a The Strypes, aunque llegaran a las tantas de la madrugada.
Robert notó a Ramona algo molesta, así que se sentó junto a ella y comenzó a hablar y a hablar.
-¿Qué te sucede?-Preguntó mientras rodeaba el cuello de Ramona con su brazo derecho. Ella volteó a verlo y no dijo ni una palabra-En serio, ¿Qué te pasa?-Dijo tomando la cara de Ramona con ambas manos, para voltear y mirarla a los ojos.
-Nada.-Dijo Ramona con voz queda.
Robert volvió a abrazarla, pero Ramona hizo un movimiento brusco con sus brazos y se zafó de Robert. Subió a la habitación de huéspedes y se encerró allí. Comenzó a tiritar; estaba inquieta y su cuerpo le pedía cualquier sustancia que encontrara. Tocaba sus bolsillos y nada. Buscó entre la ropa que había traído Robert, y ahí encontró heroína. Se preparó e inhaló, hasta que se tranquilizó. Aprovechó también de ponerse algo de ella en los dientes y luego la saboreó, hasta que dio un suspiro de satisfacción.
Pudo oír que golpeaban la puerta, pero ella jamás respondió. Miraba el techo, mientras su cuerpo tocaba el piso. Pudieron abrir la puerta, mientras que Ramona aún yacía en el suelo, con la vista desorientada. Alguien la tomó entre sus brazos, y golpeó varias veces la cara de Ramona. Ella sólo volteó la vista para ver de quién se trataba. Era Ross.
Pudo notar que entraba más y más gente a la habitación, pero a ella no le importó, en lo absoluto. Miraba a Ross con ojos llorosos. Apenas y podía abrir la boca para poder hablar; apenas y podía hacerlo.
-Necesito más.-Dijo Ramona en susurro.
-¿Más de qué?-Preguntó Ross, aún con ella en sus brazos.
Pero no obtuvo respuesta. Ramona cerró los ojos y lanzó un ligero suspiro.

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